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Por José Vadillo

¿Puede la ciudad con cielo color panza de burro contener, paradójicamente, una paleta de colores chirriantes que bailan con el porvenir? Los tradicionales muros ambarinos de la galería municipal Pancho Fierro ahora están chaposos y sabrosos.



La exposición Yuyay Lima tiene como sello el lettering del artista Yefferson Huamán. Remite a la escena chicha, la cual, con su propia estética, ya es parte del lenguaje de esta ciudad nunca aburrida.



En quechua, ‘yuyay’ tiene por acepciones ‘recordar’ e ‘imaginar’. Alfredo Villar Lurquín, el ‘mayordomo’ o curador de la muestra, nos propone recordar e imaginar una ciudad diferente.




“Yuyay une el pasado con el futuro; las raíces con las posibilidades de lo que pueden hacerse a partir de ellas. La exposición es la suma de las memorias visuales de siete artistas, todos con raíces en distinas partes del país”, dice el curador. En la Pancho Fierro se apuesta por una museografía que remite a las fiestas de barrio (inclusive hay una piñata).

Recordar e imaginar


¿Qué hace Lima con estas memorias de los migrantes? “Esta ciudad es la integración de distintas raíces, pero también es una integración de distintos soportes para hacer arte”, explica Villar.

El paisaje visual de Yuyay Lima combina a artistas tradicionales y artistas egresados de la Escuela Nacional de Bellas Artes porque para Villar la muestra también es un acto político, una reivindicación de los artistas autodidactas y los de la educación pública; el arte tradicional y las propuestas más contemporáneas.



Sobre el ala derecha de la galería están los trabajos de la maestra shipibo-konibo Olinda Silvano, residente en la comunidad de Cantagallo. Su trabajo en yute, a la vez, es colectivo: involucra a los ayudantes que colaboran con ella en los distintos procesos como el zurcido, el teñido, bordado y pintado, comenta Villar. El resumen de este arte kené es un gran telar dividido donde Silvano manifiesta el diseño antiguo (más sencillo) y el contemporáneo (más complejo).

“A pesar de que el arte nativo es milenario, también está en constante transformación: las artistas kené cada vez realizan diseños más elaborados”, dice Villar. En las últimas dos décadas, este diseño amazónico ha tenido grandes cambios por su introducción en las galerías de arte y su introducción en el circuito turístico.
Lima Norte está representado por el tejido de una maqueta del cerro La Milla, en San Martín de Porres. ¿Es el triunfo o el reto de las otras miradas sobre la urbe? La artista egresada de Bellas Artes Liliana Ávalos trabaja la vida cotidiana de las mujeres que viven en las zonas populares de Lima. Usa el textil, la serigrafía y materiales populares, como el brillante charol, con el que se cubren los asientos de microbuses y combis. Para la exposición, se ha escogido parte de la “obra más chirriante” de Ávalos: una serie de escudos.

La presencia femenina tiene el 50% del peso de la muestra. Y Ayacucho y Lima Sur están presentes con los trabajos de la joven maestra Venuca Evanan, quien innova las tradicionales tablas de Sarhua haciendo referencia a la problemática de la mujer hoy y a los espacios de su nuevo entorno, los cerros de Chorrillos y los Pantanos de Villa. En Yuyay Lima se presenta la obra con la que ganó el premio Icpna, en el 2021.


Padre e hijo


Luis Torres es un artista con raíces en Junín y Huancavelica que vive en la frontera entre San Juan de Lurigancho y Jicamarca, zona de las ladrilleras. Se incluye su trabajo ‘Los frutos de tu envidia’, un imponente mural en xilografía, con el cual logró el premio del Banco Central de Reserva. Se trata de un gran fresco sobre la vida en los barrios y la migración, ejes de su trabajo artístico. A la vez, su obra tiene vasos comunicantes con las fotografías de su padre, Nicolás Torres, un artista obrero que vio la potencialidad de la fotografía.


Alfredo Villar asegura que Torres padre, quien registró el surgimiento y crecimiento del barrio de Cajamarquilla, es el fotógrafo de calle con el mayor archivo de América Latina: tiene más de 60,000 negativos fotográficos, que registró entre 1983 y 2000.

El reino de Monky


Toda la muestra es también “un homenaje a la mano alzada, al pincel, al rotulado, que se han ido perdiendo con los sistemas digitales”, cuenta el curador.

Y no hay arte urbano sin música. La presencia de fotografías de grupos como Vico y su grupo Karicia, y Chacalón en los barrios periféricos, nos llevan a Pedro ‘Monky’ Rojas, artista autodefinido como “el verdadero pionero de los carteles chicha”.


Nos saluda con sus dedos repletos de colores, trabajando con una raqueta sobre la malla de serigrafía. Monky muestra dos murales. Uno con sus característicos carteles y otro más conceptual, en el que se entiende el génesis de su colorido arte, ubicuo en todo el país. Se trata de un mural en el que parte del paisaje andino (flores, gorrión, vestimenta de la mujer andina y hasta una maratonista) hacia los carteles. Es el viaje de sus colores, totalmente andinos, del valle del Mantaro, y a la vez, tan urbanos y limeños.

La exposición se cierra en un cuarto con luz negra, donde el artista chicha Yefferson Huamán, de Bellas Artes, hace arte urbano con espray. Es el desarrollo juvenil de lo de Monkey. Una de las vías estéticas de esta ciudad de herencias polícromas.

Lima y las artes visuales


Yuyay Lima es uno de los cuatro proyectos ganadores de la Convocatoria de Proyectos Expositivos de Artes Visuales, organizada por la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML). Las exposiciones estarán abiertas hasta diciembre en las galerías Pancho Fierro y Lima (Museo Metropolitano). Kelly Carpio, representante de la MML, recuerda que la convocatoria se dio gracias a la ordenanza 2385, que permite premiar a artistas y curadores. Con ello, se retoman estos concursos que la MML dejó de hacer en los años sesenta. “Hay una demanda del sector de artistas visuales y la municipalidad debe atenderlas”. En ese sentido, dice que con la ordenanza quedan las bases para que la siguiente gestión municipal las continúen.

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(FIN) DOP/CFS

Publicado: 15/9/2022