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El inmenso azul del océano frente a Tumbes se extendía hasta donde la vista alcanzaba, y en medio de ese vasto mar, Juan Pablo Testino y sus acompañantes se encontraban navegando en una aventura que pronto se convertiría en una experiencia única en sus vidas: el avistamiento de un ejemplar de ballena azul.


El reloj marcaba las 10:59 de la mañana del 29 de marzo, cuando de repente, el asombro se apoderó de todos a bordo. Una presencia monumental emergió del agua, rompiendo la superficie con gracia y poderío: la ballena azul, el gigante de los mares dejaba boquiabiertos a Testino y a sus acompañantes.

Para Juan Pablo Testino, experimentado navegante y director de la compañía North Shore Perú & Ultramar Expediciones, este avistamiento era más que especial. A pesar de sus años en el mar, nunca antes había tenido el privilegio de presenciar tan de cerca a esta especie de cetáceo cerca de Punta Sal.

Los pasajeros, asombrados, contemplaban maravillados el espectáculo natural que se desarrollaba ante sus ojos. La ballena azul, con sus aproximadamente 30 metros de longitud y sus imponentes 120 toneladas, nadaba con elegancia, a apenas una milla de distancia de las costas de Punta Sal. Para muchos de ellos, esta sería una experiencia inolvidable, un encuentro cercano con uno de los animales más grandes y fascinantes del planeta.


Pero este avistamiento no solo era un momento de asombro y admiración, sino también un recordatorio de la fragilidad de la vida marina. Juan Pablo Testino aprovechó la oportunidad para concienciar sobre la importancia de proteger el ecosistema marino. Con voz firme, instó a todos a tomar medidas contra la pesca ilegal que amenaza la biodiversidad de estas aguas. Señaló las naves arrastreras que, día tras día, causan estragos en el hábitat marino, matando indiscriminadamente a miles de especies, desde las más pequeñas hasta las más grandes.

El director de North Shore Perú & Ultramar Expediciones destacó la urgencia de conservar no solo a las ballenas y delfines, sino a todas las formas de vida marina que dependen de un ambiente saludable para sobrevivir. En un mundo donde la sobreexplotación y la contaminación amenazan constantemente los océanos, cada avistamiento como este debe ser un recordatorio de la necesidad de actuar con responsabilidad y respeto hacia nuestro entorno natural.


Punta Sal, conocida por ser una de las playas más concurridas de Tumbes, no solo es un paraíso para los turistas en busca de sol y arena, sino también un refugio para la vida marina. Cada año, miles de visitantes llegan a estas costas en busca de aventuras en el mar, y gracias a empresas como North Shore Perú & Ultramar Expediciones, tienen la oportunidad de conectarse con la naturaleza de una manera única y significativa.

Así, mientras la ballena azul se sumerge una vez más en las profundidades del océano, dejando atrás una estela de admiración y respeto, los corazones de aquellos que tuvieron el privilegio de presenciar su majestuosidad quedan llenos de gratitud y conciencia, listos para defender y proteger el tesoro más preciado de nuestro planeta: los océanos y su inigualable vida marina.



Como para que no queden dudas de este avistamiento en el mar de Tumbes, Juan Pablo Testino refirió que su Sara Fernández, destacada bióloga española, que participa de un crucero científico alrededor del mundo, envió fotos del avistamiento de la ballena azul entrando a aguas ecuatorianas.

Aseguró que se han reportado también avistamiento de ballenas azules a las afueras de Cabo Blanco y otros puntos de la costa norte.

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(FIN) MRH/VDV/MAO

Publicado: 2/4/2024