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El veto de los talibán a la educación secundaria de las niñas en Afganistán ha generado pérdidas de 500 millones de dólares en el último año, desde que los islamistas tomaron el poder en Kabul. Esto fue lo que advirtió un estudio del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Esta cifra supone un 2,5 por ciento del PIB anual afgano además que implica privar a las niñas y jóvenes de su derecho a una formación. Según el estudio, si los tres millones de niñas que actualmente están en edad de la educación secundaria pudieran completar su formación y participar en el mercado laboral, las niñas y mujeres podrían aportar al menos 5.400 millones de dólares a la economía nacional.

Sin embargo, estas estimaciones no tienen en cuenta el impacto no financiero de negar a las niñas el acceso a la educación en Afganistán, como el futuro déficit de profesoras, doctoras y enfermeras, el consiguiente impacto en la disminución de la asistencia de niñas a la escuela primaria y el aumento de los costes sanitarios relacionados con los embarazos adolescentes, alerta UNICEF.

Tampoco tienen en cuenta los beneficios más amplios de la educación, como el éxito educativo general, la reducción de las tasas de matrimonio infantil y una menor mortalidad infantil.

"La decisión tomada el 23 de marzo de no permitir a las niñas volver a la escuela secundaria fue impactante y profundamente decepcionante. No solo viola el derecho fundamental de las niñas a la educación, sino que las expone a una mayor ansiedad y a un mayor riesgo de explotación y abuso, incluyendo la trata infantil y el matrimonio forzoso y temprano", ha destacado el representante de UNICEF en Afganistán, Mohamed Ayoya. 

Incluso antes de que los talibán tomaran el poder el 15 de agosto del año pasado, más de 4,2 millones de niños en Afganistán estaban fuera de la escuela, el 60% de ellos niñas. Aunque el potencial coste de no educar a niños y niñas por igual es alto en términos de ganancias perdidas, no educar a las niñas tiene un coste especialmente alto debido a la relación entre el éxito educativo y el retraso del matrimonio y la maternidad, su participación en el mercado laboral, la toma de decisiones sobre su propio futuro, la mayor inversión en la salud y la educación de sus propios hijos más adelante.

 

El análisis muestra además que Afganistán no podrá recuperar el PIB perdido durante la transición ni alcanzar su verdadera productividad potencial si no respeta el derecho de las niñas a acceder y completar la educación secundaria.

"UNICEF quiere ver a cada niña y cada niño de Afganistán en la escuela, aprendiendo", ha destacado Ayoya. "No pararemos hasta lograr este objetivo. No es solo que la educación sea un derecho para cada niño y niña. Es que es la base del futuro crecimiento de Afganistán", ha remachado.

Disparan al aire para dispersar una manifestación de mujeres

Los talibanes dispersaron violentamente, con disparos al aire y culatazos, una manifestación de mujeres que reclamaban este sábado en Kabul el derecho al trabajo y a la educación, casi un año después de que los islamistas tomaron el poder en Afganistán.

Unas 40 mujeres que coreaban "¡Pan, trabajo y libertad!" desfilaron delante del Ministerio de Educación, pero unos cinco minutos después de iniciada la marcha un grupo de combatientes talibanes las dispersó disparando al aire en ráfagas.

(Con información de Europa Press y AFP)