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El Perú es un país de origen y destino de la trata de personas, donde las víctimas son, en su mayoría, mujeres menores de edad. Así lo confirman las cifras de la Policía Nacional del Perú (PNP),en las que se han registrado 535 denuncias durante el 2021, de las cuales 327 tuvieron como fin la explotación sexual, seguido por la explotación laboral (100),la mendicidad (24) y otros (84).

La trata de personas es un delito que atenta contra la dignidad humana y comprende conductas como la captación, el transporte, el traslado, la acogida, la recepción y retención de personas. Con el fin de reconocer los indicios para la prevención de este crimen, Ana Ladera, coordinadora del centro de atención legal y psicosocial de CHS Alternativo, conversó con RPP.

Nuevos medios de captación virtual

Desde el inicio de la pandemia en marzo de 2019 hasta marzo del 2022, la población de 12 a 18 años que hace uso de internet aumentó en más de 20%, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Esta cifra alcanza un 92.8% entre los peruanos de 18 a 24 años, reafirmando que los jóvenes son quienes mayor acceso a internet tienen en nuestro país.

Y es a través de estos medios que se han empezado a dar, con mayor frecuencia, nuevas modalidades de captación usadas para la trata de personas. Ladera explicó que, ante el creciente uso de la tecnología, resulta importante monitorear y supervisar con la debida prudencia las páginas que visitan nuestros hijos y estar pendientes de saber con qué personas se relacionan y comunican para prevenir este tipo de eventos.

Ya sea mediante anuncios de trabajo engañoso o la seducción, como sucede con la mayoría de víctimas, así como de forma virtual mediante los ciberdelitos, la familia puede identificar un comportamiento sospechoso: “En toda persona que es captada, ya sea por un medio tecnológico, o de manera directa o por una falsa oferta laboral, hay un cambio de conducta. La persona se aísla y le deja de tener confianza a la familia”, alertó Ladera.

La comunicación como pilar de prevención

Factores como la baja autoestima, la inestabilidad emocional o relaciones familiares abusivas también pueden ser detonantes para ser víctimas de este delito: “Muchas veces, la relación de comunicación es autoritaria, que es otra forma que hace que la persona esté condicionada a huir de casa o a no confiar en la persona adulta”, advirtió la especialista.

De acuerdo al INEI, aunque generalmente no se cuenta con mayor información sobre el vínculo de la víctima con el tratante (captor),en el año 2020, de 55 denuncias, el 83.6% conocía al abusador, el 14.6% era un familiar y el 1.8% su cónyuge, porcentajes que guardan similitud con las cifras reportadas durante el 2019.

Ante esta situación, Ladera aseguró que la comunicación constituye un pilar básico para identificar y prevenir mayores riesgos de violencia. “Como familia, tenemos que percatarnos a qué lugares concurre, con qué personas se relaciona, quiénes son sus amistades, de dónde provienen, a qué se dedican, cuál es el vínculo que tienen con el familiar que estamos intentando proteger”, apuntó.

Canales de denuncia inmediata

La experta enfatizó que, ante cualquier sospecha, es necesario denunciar con la mayor rapidez posible: “Muchos dicen ‘esperemos 24, 48 horas’, pero en Perú no se aplica esa ley. Apenas te des cuenta de la desaparición, coloca la denuncia para que las autoridades pongan en alerta a los sectores competentes”, indicó.

A continuación, te presentamos diferentes rutas en las que puedes canalizar tu denuncia

  • Llamando al número 1818. La denuncia es anónima y confidencial.
  • Presencialmente en tu comisaría más cercana. Los efectivos de la PNP se encuentran en la obligación de recibir tu denuncia y prestar su apoyo para encontrar refugio seguro.
  • A través de la línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP),disponible durante las 24 horas de los siete días de la semana (incluido feriados).

Desde CHS Alternativo recalcan que es suficiente con mencionar tus datos al denunciar, no es necesario presentar el DNI ni someterse a pruebas o huellas de haber sido maltratado, ni tampoco es requerido algún tipo de documento o pago.