China y Estados Unidos están buscando alunizar en un mismo sitio cuando sus misiones espaciales alcancen al satélite: el polo sur de la Luna.
En medio de la exploración científica, ambos países coinciden que los recursos limitados de la región pueden ser beneficiosos para sus aspiraciones, por lo que es posible que exista cierta tensión en el desarrollo de sus misiones lunares.
¿Por qué es tan atrayente en el polo sur de la Luna?
Tanto China como Estados Unidos tienen más de 10 posibles lugares de aterrizaje para sus misiones tripuladas a la Luna. Casi todas de ellas están basadas en el polo sur del satélite.
Esto se debe a que el polo sur es el lugar más rico de la Luna en cuanto a agua, la cual se concentra en bloques de hielo bajo la superficie.
Tanto la NASA como científicos chinos han apuntado tres lugares en específico en común: los cráteres Shackleton, Haworth y Nobile.
Mientras que Artemisa 3 se espera que alunice con la primera mujer en la historia en 2025, China enviará la misión Chang’e 7 para 2024.
La importancia del agua en la conquista lunar
El que haya agua, en granos, congelada o como líquido, en el satélite, abre las puertas a la agencia a considerarla como recurso para explotar en medio del programa de colonización del astro.
La humanidad no solo la necesitará para beberla, sino que también para combustibles de las naves. Por otro lado, el oxígeno podría reponer los suministros de aire y usarse en reacciones químicas simples en la superficie lunar para extraer otros recursos útiles del regolito (suelo compuesto de pequeños granos).
Por el momento, hay programas que están investigando cómo convertir el suelo lunar en agua potable y oxígeno respirable de cara al regreso del hombre a la Luna en 2025.
Ambos países tienen como objetivo construir bases lunares en el polo sur de la Luna en algún momento de la década de 2030, sin signos de una posible cooperación entre ellos.
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