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Los cepillos de dientes forman parte de las herramientas claves para mantener una higiene bucal diaria correcta. Sin embargo, también puede ser una potencial fuente de infecciones, al no ser cuidada de manera correcta. 

Un cepillo dental puede contener hasta 10 millones de bacterias, independientemente del estado de salud del usuario: los filamentos pueden acumular un gran número de bacterias, entre patógenos orales, respiratorios, ambientales o del tracto digestivo. La contaminación del cepillo puede convertirse en un potencial foco de infección y transmisión de enfermedades.

Un reciente estudio realizado en DENTAID Research Center y publicado en la revista International Journal of Dental Hygiene, pone de manifiesto la eficacia de la clorhexidina (CHX) y del cloruro de cetilpiridinio (CPC) en la reducción de microorganismos.

En la investigación se explica que si bien el cepillo dental es un gran aliado para la higiene bucal diaria, si la técnica del cepillado es la correcta y el propio cepillo está en buen estado. En el momento en el que los filamentos del cepillo se deforman, pierden su eficacia y pueden dañar dientes y encías. Un cepillo en perfectas condiciones garantiza una higiene bucal efectiva, por lo que se debe renovar el cepillo cada tres meses para evitar que este se convierta en un reservorio de bacterias.

Efectividad contra bacterias

En este estudio se demuestra la eficacia antiséptica de cabezales de cepillos de dientes como la CHX 0,05% y la CPC al 0,05% en la reducción de un gran número de bacterias. 

“Puesto que entre dichas bacterias se pueden encontrar patógenos, disminuir su número no solo reduce la probabilidad de infección, sino también disminuye el riesgo de transmisión de éstos patógenos a otros miembros que conviven en el mismo hogar. O incluso en caso de sufrir ciertas enfermedades infecciosas de transmisión oral, la renovación del cepillo podría acelerar la recuperación de la persona”. Así lo explica el doctor Gerard Álvarez, uno de los autores del estudio.

Estos resultados nos hacen tomar consciencia de la importancia de mantener una buena higiene bucal diaria para ayudar a controlar el acúmulo de millones de bacterias que se encuentran en la cavidad bucal, evitando así posibles complicaciones a nivel bucal y sistémico. Es fundamental contar con un cepillo dental en perfecto estado para garantizar su función: la eliminación de restos de comida y de placa dental.

De ahí la importancia de renovar el cepillo cada 3 meses o tras un episodio infeccioso, como un resfriado, una gripe, entre otros. Asimismo, este estudio ha permitido observar las propiedades antisépticas que tienen enjuagues bucales en la reducción de virus y bacterias, hecho que confirma su función preventiva en el control del biofilm (placa bacteriana) que puede llegar a encontrarse en dientes y encías.

Llevar a cabo una buena rutina de higiene bucal diaria ayudará a proteger la salud bucal y a prevenir posibles enfermedades bucales y sistémicas, puesto que cualquier afectación en la cavidad bucal podría tener consecuencias en la salud general.

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