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RPP Noticias llegó hace varios días a Isla Santa Rosa, una localidad ubicada al noreste de Loreto y que busca convertirse en un distrito oficial, tal y como lo dijo hace unos días su alcalde Max Ortiz. Lejos de lograrlo, sus habitantes dicen sentirse peruanos a pesar de que varias de sus necesidades básicas las atienden en Colombia o Brasil.

Mariano Calvera, reportero de RPP, viajó hasta el poblado selvático y vivió en primera persona cómo es la vida allá. Lo primero que dijo es que los santarrosenses tienen un “fuerte sentimiento de pertenencia” hacia el Perú y contó las dificultades que tienen a causa de que el gobierno los tiene olvidados.

"Es el punto donde empieza y termina el país. Fue muy emotivo en Fiestas Patrias porque a pesar de sentirse tan aislados y ajenos a lo que pasa en el resto del país, hay un fuerte sentimiento de pertenencia. Es una frontera que está habitada al frente en Tabatinga (Brasil) y Leticia (Colombia). Hay mucha armonía entre brasileños, colombianos y peruanos. Lo primero que me dijeron cuando llegamos fue "este es la puerta de entrada al Perú, el primer contacto que tienen somos nosotros"", narró.

Seguridad ciudadana

Calvera contó que la gente de Santa Rosa se atiende en suelo brasileño, dado que el sistema de salud es más accesible y sin costo alguno. Asimismo, sostuvo que muchas de las madres dan a luz en Tabatinga para que sus hijos tengan más beneficios sanitarios.

"A pesar de que la gran mayoría de sus actividades cotidianas, por ejemplo, la compra de insumos de primera necesidad diaria se hace en Brasil, el servicio de internet que es muy precario también, el de salud es con Brasil. Con Colombia también, pero con Brasil hay una relación un poco más cálida porque son muy parecidos en nuestras costumbres, las comidas”, declaró.

“A pesar de ello, no existe eso de que "quiero ser brasileño". Hay sí, una elección que toman las madres de familia, cuando nace un niño, ellas deciden dar a luz en Brasil porque el servicio de alumbramiento por cesárea es totalmente gratuito y los inscriben como brasileños. Aquí te vuelves extranjero a la fuerza”, añadió.

El periodista de RPP también narró que debido a la pandemia de la COVID-19, las familias tuvieron que "crear” cementerios provisionales en caseríos cercanos porque no tenían donde enterrar a sus muertos. Sin embargo, aquellos quedaron inundados y hoy en día no tienen uno.

Con respecto a la seguridad, no hay una comisaría, pero existen puestos de vigilancia y en total hay 23 efectivos policiales, los cuales van rotando a excepción del alférez, quien está ahí todo el año.

Educación

Sobre el narcotráfico y al tráfico de madera ilegal, Mariano Calvera manifestó que son temas tabúes en Isla Santa Rosa y que sus pobladores piden mayor presencia del estado. Además, indicó que “la delincuencia es muy baja porque todos se conocen”.

Del mismo modo, existe un colegio de inicial, primaria y secundaria que alberga 600 chicos, pero el gran problema es que no tienen como continuar sus estudios en Santa Rosa, porque para ello deben ir a Iquitos y es muy caro. Por eso, solo tienen dos salidas, ser mototaxistas o lancheros, quienes trasladan personas a Colombia y Brasil.

Los padres expresaron que el Estado creen un instituto en dicha zona para que los más jóvenes puedan desarrollarse relacionadas a las activades que existe ahí y mejorar. “Muchas madres me decían “no quiero que mi hijo que se quede aquí toda su vida, quiero que también salga””, recalcó el reportero de RPP.

En esas zonas fronterizas, el Estado no llega y no hay un control tan rígido y al final brasileños, colombianos y peruanos viven entre sí, y realizan sus actividades en esas zonas.