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Las autoridades penitenciarias de Singapur ejecutaron ayer, miércoles, a un hombre de 56 años condenado por delitos de narcotráfico, la tercera ejecución realizada este año en la ciudad-Estado y que tiene programada otra para este viernes.

Kirsten Han, coordinadora de la ONG Transformative Justice Collective que pide la abolición de la pena capital en Singapur, confirmó la ejecución del reo en un mensaje publicado en Twitter.

El preso, oriundo de la ciudad-Estado asiática, fue ahorcado por traficar alrededor de 50 gramos de heroína.

La familia del convicto recibió la notificación de la ejecución la semana pasada, cumpliendo con el habitual procedimiento de informar a los allegados del ahorcamiento con solo una semana de antelación.

Una mujer será ejecutada

La segunda ejecución, prevista para este viernes, es la de Saridewi Djamani, singapurense de 45 años, condenada a muerte por traficar alrededor de 30 gramos de heroína. De culminarse, sería el primer ajusticiamiento de una mujer en el país desde 2004.

Estas ejecuciones se sumarían a al menos otras dos ocurridas este año, la última el pasado mayo, en ambos casos por tráfico de marihuana.

La primera, en abril, fue calificada de "escandalosa" por organizaciones de derechos humanos, y la ONU pidió a Singapur detenerla por dudas sobre las garantías del proceso, pues los abogados y familiares del ejecutado afirmaban que éste nunca había tocado ni visto la droga que le acusaron de conspirar para traficar.

Singapur tiene una de las leyes antidrogas más draconianas del mundo y contempla la pena de muerte para un mínimo de 500 gramos de tráfico de marihuana y 15 gramos de heroína. (EFE)