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Manuel Rodríguez Cuadros, exrepresentante de Perú ante la ONU, respondió este sábado al canciller Miguel Ángel Rodríguez Mackay, quien señaló en RPP Noticias que él y Harold Forsyth, que dimitió a la representación ante la OEA, debieron llamarlo antes de comunicar al presidente Pedro Castillo de su decisión.

En comunicación con RPP Noticias, Rodríguez Cuadros explicó que durante su gestión como embajador, él cumplió con la labor de representante directo del Presidente de la República, quien es el que lo nombró, por lo que al renunciar tenía que comunicar de esta decisión directamente al mandatario.

“Un embajador es, en el exterior, el representante directo y personal del Presidente de la República. Es plenipotenciario, pues el presidente le transfiere poderes inherentes al Jefe de Estado. Por eso el presidente es el que nombra a los embajadores, no el ministro. Los embajadores renuncian ante la autoridad que los nombró y de la que dependen directamente: ante el Presidente de la República”, indicó.

Posición del canciller sobre renuncias de diplomáticos

El canciller Rodríguez Mackay dijo en Enfoque de los sábados de RPP Noticias que la dimisión de ambos embajadores el último miércoles, no conservó las formas de la diplomacia. Agregó, que él no recibió las cartas de renuncia de los diplomáticos, quienes optaron por comunicar de esto al Presidente de la República.

"Ellos tienen todo el derecho a presentar sus cargos, han renunciado. Me hubiera gustado que lo hagan, primero, llamándome o haciendo una referencia a esto que se conserva mucho en la diplomacia que son las formas”, dijo.

Añadió que no tenía conocimiento sobre los presuntos cuestionamientos que los renunciantes tendrían a su designación como titular en la Cancillería y dijo que había “evidentemente” cambios generacionales. “Creo que puede deberse a una circunstancia asociada a la nueva sangre que llega a Torre Tagle”, indicó.

Asegura que respetó las debidas formas

Al respecto, Rodríguez Cuadros manifestó que hubiese preferido que el titular del Ministerio de Relaciones Exteriores no se refiriera a su renuncia y señaló que en la diplomacia debe haber serenidad, prudencia y conocimiento.

En ese sentido, señaló que el guardar las formas de la diplomacia era comunicar directamente al mandatario sobre su decisión de dejar el cargo y que así lo han hecho otros diplomáticos en nuestra historia reciente.

“Eso es guardar la debida forma y respetar la naturaleza jurídica del cargo. Javier Pérez de Cuellar cuando renunció el 22 de abril de 2004 a la Embajada del Perú en Francia, lo hizo - como debe ser - ante el Presidente de la República. Es bueno, prudente y juicioso que los ministros que no son diplomáticos – que no tienen por qué conocer estas materias - consulten estos asuntos a los profesionales de la cancillería", sostuvo.