La Asamblea Nacional francesa dio este viernes su visto bueno en primera lectura a la conocida como la ley del poder adquisitivo que incluye toda una serie de medidas para contrarrestar el efecto de la escalada de la inflación, con la oposición de la izquierda.
Un total de 341 diputados se pronunciaron en favor de este proyecto legislativo, mientras que 116 lo hicieron en contra y 21 se abstuvieron en un voto que tuvo lugar de madrugada, tras cinco días de debates acalorados, y que permite ahora que el proceso legislativo continúe en el Senado.
Con el bloque que apoya al presidente, Emmanuel Macron, también votaron a favor los diputados del partido conservador Los Republicanos y los de la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen.
Una de las medidas estrellas es la revalorización del 4 %, con efecto retroactivo a fecha del 1 de julio, de las pensiones y de las prestaciones sociales, que se vienen a añadir a las alzas que se aplicaron a comienzos de año, del 1,1 % para las primeras y del 1,8 % de las segundas.
También figura en el dispositivo el mantenimiento del llamado "escudo de tarifas" del gas y de la electricidad para los clientes particulares y para las pymes.
En el caso del gas, el precio para los particulares está congelado desde octubre, lo que ha evitado un incremento de al menos el 50 %. En la electricidad, la subida se va a limitar al 4 % este año, en lugar de como mínimo un 35 % si se hubieran aplicado las reglas que regían antes.
El Gobierno no se ha cansado de repetir en los últimos meses que ese "escudo" es el que explica en gran medida que la inflación en Francia sea la más baja de los países de la zona euro (un 5,8 % en términos interanuales en junio).
Esta ley de poder adquisitivo tiene que completarse con otra para modificar el presupuesto de 2022 que empieza su tramitación parlamentaria esta tarde en la Asamblea Nacional. EFE
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