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La economía peruana se está enfriando y podría caer en una próxima recesión, según el titular del ministerio de economía y finanzas, Kurt Burneo. Pero ¿qué es una recesión?

Para el ex ministro de economía, David Tuesta, una recesión se produce cuando la economía cae por tres trimestres consecutivos, lo cual aún no ha ocurrido, pero sí advierte que nos encontramos frente a un riesgo de desaceleración.

“Lo que se observa en todo caso es un contexto de desaceleración económica implica que tu ritmo de crecimiento va bajando y eso es lo que venimos observando (...) Hoy con un bajo crecimiento estamos teniendo problemas para generar empleo de calidad. un escenario recesivo implica una menor actividad económica, implica menos posibilidades de contratar a las personas, no solamente en el sector formal sino también en el sector informal. Hay menos posibilidad de que las condiciones y bienestar de la población pueda mejorar, pero honestamente hoy no está dentro del escenario de mayores probabilidades", explicó.

Tuesta sostiene que un riesgo de recesión sólo se vería si se presenta algún escenario político de estrés muy fuerte que paralice la economía, pero considera que aún con una posible vacancia presidencial las bases de la economía peruana son lo suficientemente fuertes.

"Las probabilidades se incrementarían, pero no necesariamente se va a dar. Recuerda que el Perú ha vivido ya varios escenarios de estrés con cinco presidentes en menos de cinco años y no en todos los casos hemos observado que la economía ha entrado en un escenario de recesión. Si las expectativas caen más, se desacelera el crecimiento económico, pero un escenario de recesión estaría por ver, algunos agentes económicos podrían tomar esta situación desde una perspectiva positiva también. Es muy difícil tratar de interpretar cuál va a ser la reacción de los agentes económicos”, agregó.

Para Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores, se considera una recesión técnica cuando la economía cae al menos son seis meses meses seguidos, pero señala que incluso ya no nos encontraríamos en una desaceleración tras los últimos datos de crecimiento del PBI, que indican que solo en junio la producción nacional creció 3.44% frente al 2.3% que registró en mayo.

"En los primeros meses del año sí estábamos claramente en desaceleración, pero parece haber llegado a su piso en mayo. En junio sí mostró un repunte muy rápido, muy fuerte y sorpresivo (...) Es bien difícil pensar que estamos en un escenario camino a la recesión. lo que sí puede pasar es que estemos rumbo a un crecimiento bajo considerando por un lado el contexto global que está débil y también los temas políticos y todo lo que implica sobre la inversión privada", precisó.

El representante de Phase Consultores considera que la economía peruana cerraría el 2022 con un crecimiento de 2.8%, pero para el 2023 sí se espera un menor avance de 2%.

La proyección está acorde a lo mencionado por el ministro de Economía, quien indicó que el PBI solo aumentaría entre 2.4% y 3.4% este año.

Por su parte, el jefe del instituto de economía y desarrollo empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima, Óscar Chávez, coincide en que no ve posible una recesión este 2022, pero sí habría un mayor riesgo el próximo año.

"Nosotros vemos dificultades para el año 2023, es decir, no es sostenible vivir de bonos y del desahorro del sector privado, necesitamos que los sectores crezcan, minería e hidrocarburos es el que se proyecta que va a crecer más el próximo año, pero ¿qué va a pasar con la manufactura, con la construcción, con el comercio? Necesitamos que estos sectores se fomenten y pasa por la recuperación de la confianza empresarial", consideró Chávez.

La Cámara de Comercio de Lima apunta que la confianza empresarial se encuentra pesimista desde abril del 2021, lo cual coincide con que la expectativa de crecimiento de la inversión privada sea de 0% para este año.

Lo cierto es que los especialistas indican que no es necesario llegar a una recesión para que los ingresos de las familias peruanas se vean reducidos, lo que genera un menor consumo mientras se complica la posibilidad de revertir la situación de pobreza en la que viven más de 8 millones y medio de personas.