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Los restos mortales de la Reina Isabel II salieron este domingo del castillo escocés de Balmoral, donde falleció este último jueves a los 96 años, rumbo a Edimburgo, el inicio de un periplo que permitirá a los británicos despedirse de su reina.

El negro coche fúnebre atravesó pasadas las 10.00 a. m. (hora local) el portal del castillo, con el féretro de roble cubierto con el estandarte real escocés y una corona de flores blancas en su interior, para un viaje de seis horas hasta la capital de Escocia.

Miles de personas contemplaban el paso del cortejo fúnebre a través de la verde campiña escocesa. En Ballater, la primera localidad atravesada y donde la reina era muy conocida, la gente estaba apostada en la calle principal y algunos lanzaron flores.

Aunque el protagonismo vuelve a la difunta soberana tras la proclamación de su hijo como el nuevo rey Carlos III, la reaparición juntos de los príncipes Guillermo y Enrique, al lado de sus esposas Catalina y Meghan, coparon la portada de los diarios dominicales.

Momento histórico

Desde la muerte de la reina el pasado jueves cuando veraneaba en su residencia privada, los preparativos para recibir su féretro no cesaron en Escocia, una de las cuatros naciones del Reino Unido junto a Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte.

Tras un largo viaje por carretera que pasará por Dundee y Aberdeen, el féretro llegará hacia las 4.00 p. m. a la capital escocesa, donde permanecerá hasta el martes, cuando un avión lo transporte a Londres. Su funeral tendrá lugar el 19 de septiembre.

Al protocolo oficial para el momento de su muerte, cuidadosamente elaborado durante años bajo el nombre en clave de "London Bridge", hubo que agregar disposiciones especiales dado que falleció en Escocia, la conocida como "Operación Unicornio".

En Edimburgo, las aceras a lo largo del recorrido fueron protegidas con barreras para que escoceses y visitantes puedan ver pasar el cortejo.

El féretro reposará en la sala del trono del palacio, antes de ser trasladado el lunes en procesión a la cercana catedral de Saint Giles, donde se celebrará un oficio religioso en presencia del rey Carlos III y donde la gente podrá despedir a su "amada mamá".

Isabel la Grande

El fallecimiento de Isabel II tras siete décadas en el trono conmocionó al Reino Unido, a la Commonwealth (Mancomunidad de Naciones) y al mundo. Su hijo Carlos III fue proclamado rey del Reino Unido el último sábado y, este domingo, de Australia y Nueva Zelanda.

El presidente chino, Xi Jinping, felicitó el domingo a Carlos III, en un mensaje en el que expresó su deseo "ampliar los intercambios amistosos y la cooperación mutuamente beneficiosa y fortalecer la comunicación sobre cuestiones globales", según la agencia Xinhua.

En Londres, los restos de la reina serán llevados el miércoles en procesión del Palacio de Buckingham al de Westminster, donde permanecerá sobre un catafalco color púrpura para permitir a los británicos despedirse hasta el día del funeral de Estado.

El primer funeral de Estado desde el del ex primer ministro Winston Churchill en 1965 tendrá lugar el 19 de septiembre ante decenas de líderes mundiales, como el presidente estadounidense, Joe Biden, y atraerá a millones de personas.

El nuevo monarca de 73 años iniciará el lunes en Escocia su gira por el Reino Unido para asistir también a una sesión de condolencias en el Parlamento escocés, uno de los emotivos tributos que los políticos pronuncian en los últimos días.

Isabel II "no sólo mostró al mundo cómo reinar un pueblo, sino también cómo dar, cómo amar y cómo servir", dijo el ex primer ministro Boris Johnson, para quien "fue esa indomabilidad, ese humor, esa ética del trabajo, ese sentido de la historia lo que la convirtió en Isabel la Grande". (AFP)