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Entre el 2018 y 2019, apenas el 3.2% de denuncias por trata de personas obtuvieron una sentencia y el 68% fueron archivadas, de acuerdo a cifras de las Fiscalías Especializadas en Delitos de Trata de Personas (FISTRAP). La histórica y alta tolerancia de la sociedad frente a este delito es una de las principales razones que explican la alta impunidad ante este crimen.

Así lo aseguró Javier Ruiz Eldredge, consultor en Políticas Públicas de Protección de Derechos de Poblaciones Vulnerables, para el programa Ampliación de Noticias de RPP. En la entrevista, enmarcada en el Día Mundial contra la Trata de personas (30 de julio),también dio detalles sobre los avances y retos que tenemos como sociedad y Estado en torno a este delito.

Trata de personas: una forma de esclavitud moderna

Configurado en nuestro Código Penal como un crimen que atenta contra la dignidad humana, la trata de personas es un delito en el que se capta, transporta, traslada, recibe y/o retiene a una persona para explotarla, ya sea sexualmente, laboralmente o bajo otras modalidades. Ahora bien, no es necesario que se cumplan todas las etapas para ser considerado como un caso de trata de personas.

“Es una forma de esclavitud en la que se somete a seres humanos, y principalmente es un delito que afecta a niñas, niños, adolescentes y mujeres. Los hombres adultos también son víctimas, pero en menor proporción”, indicó Ruiz Eldredge, quien también ha sido director de Seguridad Democrática en el Ministerio del Interior. Así lo confirman las cifras del 2021 de la Fiscalía, donde se observa que el 83% de las víctimas fueron mujeres de diferentes edades.

Una de las modalidades más comunes y normalizadas en este delito, advirtió el especialista, son los llamados padrinazgos, donde la niña, niño o adolescente es entregado a algún conocido o pariente que le ofrece educación y mejor calidad de vida en otro lugar, a cambio de que le apoye en las labores domésticas, pero finalmente termina en una situación de explotación bajo falsas promesas.

Aunque en un informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) sobre la trata de personas entre los años 2015 y 2020 se detalla que los métodos de captación más utilizados en esta red suelen repetirse (oferta de trabajo, rapto, seducción, padrinazgo, etc.), desde organismos internacionales alertan que estos métodos han evolucionado con la pandemia.

Mayor vulnerabilidad hacia depredadores sexuales en línea

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) explica que los riesgos de explotación hacia menores se agravaron durante la pandemia, ya que el cierre de las escuelas no solo dificultó el acceso a la educación, sino también porque son una fuente de refugio y alimentación.

La educación a distancia también obligó a los estudiantes a pasar más tiempo en internet, lo que permitió a los agresores desarrollar nuevas modalidades de captación en línea y exponer a los menores a una mayor red de depredadores sexuales. Además, debido a la pérdida y cierre de diferentes centros de trabajo, la condición de vulnerabilidad de las víctimas se agravó, señala la institución.

“Hay mucha tolerancia social. Se genera una expectativa en algunos casos de trata donde [la víctima] cubre sus ingresos mínimos y no se siente afectada, pero en realidad [este delito] atenta contra la dignidad de las personas, porque se comercializan los cuerpos, la vida, la salud de los ciudadanos”, aseveró el exfuncionario del Mininter. Reconocer su gravedad es imprescindible para erradicarlo, agregó.

Gracias a los ajustes en la configuración legal del delito, Ruiz Eldredge aseguró que se están comenzando a dar sentencias con penas mucho más altas. Un reto pendiente, sin embargo, continúa siendo la reintegración social de las y los sobrevivientes. Precisó que urge un trabajo tanto presupuestal como multisectorial para devolver la calidad de vida que corresponde a las víctimas.