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Las criptomonedas son una de las opciones de inversión más populares en los últimos años. Atraen la atención de más y más personas que no conocen mucho sobre sus propiedades y las confunden como alternativas rentables sin riesgo. Sin embargo, este año ha sido casi uno de los más devastadores para esas inversiones. Entre los meses de abril y junio, por ejemplo, el valor del bitcoin se ha reducido a menos de la mitad, mientras que otras criptomonedas han sufrido un impacto inclusive mayor. El efecto negativo ha sido tal, que incluso empresas de monederos digitales han anunciado despidos. Sin embargo, ¿cómo se produce esta volatilidad?

Para empezar, tenemos que entender que las criptomonedas están basadas en la tecnología del blockchain, que les da propiedades únicas y permite que su intercambio sea con bajos costos de transacción. Por otro lado, las bolsas de valores utilizan una infraestructura la cual, a pesar de ser digital, depende de agentes y sistemas que no tienen comunicación directa o fluida y requieren de trabajo manual. Aunque veamos el trading como una actividad frenética, el back-office detrás de su funcionamiento suele ser burocrático, lo que termina generando acceso restringido a las acciones de las compañías más grandes. Esta barrera a su vez está influida por las regulaciones que pueden ralentizar y restringir este proceso. Al final, la infraestructura de la bolsa de valores vuelve difícil el acceso de las empresas más pequeñas, que no pueden emitir acciones lo suficientemente líquidas.

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En su contraparte, el diseño nativo digital que ofrece el blockchain, como en Ethereum, implica que miles de órdenes pueden ser procesadas inmediatamente. En efecto, todos los activos son programables, fraccionables, accesibles y encriptados para ser transferidos automáticamente entre diferentes inversionistas, lo que reduce la oportunidad de cometer errores. Se trata entonces una evolución de la bolsa de valores tradicional que conocemos.

Sin embargo, los menores costos de transacción, menor regulación y la mayor velocidad con la que operan estos activos posee una consecuencia desventajosa: la alta volatilidad. Como todo negocio joven, toda información que tenga un impacto externo tiene un efecto amplificado. Dado que la posibilidad de distintos eventos a los cuales están expuestas las criptomonedas es amplia, los inversionistas suelen sobre reaccionar y crean de esta manera una cadena. Las ventajas que brinda el blockchain a las criptomonedas la perfila como el futuro de la inversión con aspectos positivos como el acceso universal, precios dinámicos y transparencia; sin embargo, la industria tiene mucho por crecer, y sus inversionistas por aprender sobre su inherente volatilidad, que nos deja poderosas lecciones.

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