Tras conquistar escenarios mundiales como reguetoneros y acumular millones de dólares con letras que resaltaban la violencia callejera, las drogas y el sexo, casi una docena de artistas se han convertido en líderes cristianos dedicados a difundir el mensaje del Evangelio en Puerto Rico.
Daddy Yankee, Héctor El Father, Farruko, Julio Voltio y Gocho son algunos de esos artistas que hicieron del reguetón el género más escuchado en el mundo y luego optaron por dejar sus carreras para abrazar el cristianismo, un cambio de vida que varios de ellos compartieron con EFE.
Voltio, conocido por su peculiar estilo de interpretación, abandonó la música cuando estaba a punto de lanzar dos discos simultáneamente, uno de reguetón y otro de salsa. Su decisión fue inspirada por El Father, cuyas predicaciones lo llevaron a unirse a su ministerio.
Cristo salvó a Voltio del suicidio
“Ya no tengo nada que ver con Julio Voltio. Se acabó el baile, se acabó el party. Ahora es estar en la presencia del Señor predicando la Palabra y diciéndole a todos esos jóvenes que Cristo es la solución", compartió Julio Ramos, conocido como Voltio. "Cristo me sacó del suicidio, de las pastillas, de la marihuana, el alcohol, restauró mi matrimonio. Muchas veces estuve al borde de la muerte y el Señor me salvó, me cuidó", añadió.
Ramos participó en una prédica en Puerto Rico, donde también estaba presente Héctor Delgado, conocido como El Father, uno de los pioneros del género urbano. "Tú no ves a Héctor con una predicación más (sino) como un método de Dios para salvarte", expresó en la plaza pública de Canóvanas, donde compartió su testimonio ante unas 150 personas. En su relato, destacó que la música no le brindó felicidad a pesar de haberle otorgado "fama, dinero y poder".
El pastor Julio Ramos, exreguetonero conocido como Julio Voltio, posa para EFE durante una congregación cristiana en Puerto Rico.Fuente: EFE
Gocho cambió "un mensaje destrucción a uno de fe"
"Ahora hago música cristocéntrica. Cambié mi objetivo musical, de un mensaje de destrucción a uno de fe y esperanza", afirmó José Ángel Torres, conocido como Gocho, quien ahora es pastor evangélico. "Cuando conoces a Dios, tu mentalidad cambia. No hay una manera de servirle a Dios siendo fiel y seguirlo y hacer ese tipo de música, porque contradice con lo que digo y predico", añadió.
Gocho, quien experimentó su conversión en 2016 durante una crisis matrimonial, admitió sentirse culpable por haber escrito canciones explícitas que fomentan la sexualidad y la violencia, como 'Dale Don, dale, de Don Omar. En esa misma línea se expresó Farruko, quien en un concierto en 2022 rechazó el mensaje de algunos de sus temas: "¡Dios sabe cuánto daño he causado a sus hijos!".
Daddy Yankee se siente ahora "libre"
El último en anunciar su conversión fue Daddy Yankee, quien al retirarse de la música en diciembre pasado, declaró que, a pesar de todos los logros obtenidos en sus 30 años de carrera, su vida estaba incompleta sin Dios. "Jesús, como tú me permitiste, por tu misericordia, recorrer el mundo, que así tú me permitas desde Puerto Rico evangelizar el mundo. ¡Por fin, llegué a la meta. Soy libre!", afirmó.
Su hermano mayor, Nomar Ayala, explicó que el Rey del Reguetón se había convertido al Evangelio hacía más de dos décadas, pero debido a una discusión, desistió de seguir este proceso y continuó con su carrera musical. Desde entonces, según Ayala, quien es pastor evangélico, el intérprete de Gasolina está "muy contento, más sonriente, más tranquilo, con más paz y menos ansiedad".
Jack London tuvo una vida tan aventurera como los personajes de sus novelas. Nació en familia humilde e insólita (madre espiritista y padre astrólogo). Fue un autodidacta y ejerció toda clase de oficios: obrero, pescador en Japón, buscador de oro en Alaska y corresponsal de guerra en México. Su historia más famosa transcurre en Canadá, en plena fiebre del oro, transmitiendo la belleza de los paisajes y su gente pintoresca. El protagonista de “Colmillo blanco” es un perro y con él viviremos toda clase de aventuras. Con Kareen Spano, Jorge Villanueva y Marcello Rivera. Adaptación de Mariana de Althaus y dirección de Alonso Alegría.
