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El Gobierno surcoreano publicó este lunes un vídeo en el que se ve a funcionarios locales entregar a las autoridades del país vecino a dos marineros norcoreanos que desertaron al Sur tras asesinar supuestamente a parte de la tripulación con la que trabajaban, un caso controvertido por las críticas sobre la celeridad con la que se llevó a cabo la repatriación.

El vídeo, de unos cuatro minutos de duración y publicado por el Ministerio de Unificación (encargado de la relación con el Norte),muestra la entrega, realizada a través de la Zona de Seguridad Conjunta (JSA),de los dos pescadores norcoreanos que arribaron por mar a territorio sureño en noviembre de 2019.

El vídeo muestra como uno de los marineros se resiste y tiene que ser levantado del suelo y arrastrado a través de la Línea de Demarcación Militar (MDL), que se separa la franja surcoreana de la norcoreana en la JSA.

La JSA, también conocida como aldea de Panmunjom, se encuentra en el corazón de la militarizada frontera intercoreana y ha sido escenario de cumbres entre los líderes de ambos países y también de un encuentro entre el mariscal norcoreano, Kim Jong-un, y el expresidente estadounidense, Donald Trump.

 


Críticas por devolución a Corea del Norte

Los dos pescadores fueron repatriados apenas cinco días después de ser apresados por las autoridades surcoreanas tras confesar que supuestamente asesinaron a otros 16 compañeros con los que faenaban antes de huir de Corea del Norte.

Teniendo en cuenta que cualquier desertor debe ser investigado por el Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) al llegar al Sur durante al menos 15 días, la celeridad con la que fueron entregados al país vecino, donde no existen las garantías de un estado de derecho, ha desatado duras críticas contra el anterior Gobierno del liberal Moon Jae-in, que estaba en el poder cuando tuvo lugar el caso.

El entonces director del (NIS),Suh Hoon, está siendo investigado por la fiscalía tras una reciente denuncia del propio organismo, que considera que Suh supuestamente aceleró la repatriación, la cual Pionyang no solicitó, aparentemente para no soliviantar al régimen norcoreano en un momento en el que el diálogo bilateral estaba entrando en una vía muerta.

El actual presidente surcoreano, el conservador Yoon Suk-yeol, se ha comprometido a que la administración sea transparente durante la investigación de un caso que la ONG Human Rights Watch (HRW) ha calificado de "escandalosa e inexcusable violación de derechos humanos".

Las dos Coreas siguen técnicamente en guerra, ya que el conflicto que las enfrentó entre 1950 y 1953 se cerró con un alto el fuego en vez de un tratado de paz. EFE