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Este 12 de septiembre se cumple un nuevo aniversario de ‘La Captura del Siglo’, el día en que la Policía Nacional del Perú (PNP) detuvo al cabecilla terrorista Abimael Guzmán y a la cúpula de Sendero Luminoso.

Guzmán Reynoso fue intervenido en una vivienda del distrito limeño de Surquillo, como parte de la ‘Operación Victoria’, ejecutada por el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) de la Policía. Así recuerda lo ocurrido Julio Becerra, agente conocido como ‘Ardilla’, quien fue el primero en detener ese día al terrorista.

“Al subir las escaleras, veo a una persona, a una mujer de negro. Ella se asusta, obviamente, y cierra una puerta corrediza. Al caer la puerta, veo que ella se mete hacia un ambiente que está al fondo. Voy tras ella y allí estaba 'Gonzalo', Abimael Guzmán. Le puse el arma, le dije que si se movía, lo iba a matar”, relató.

“En ese momento, la mujer a quien perseguí, la mujer de Abimael, se me pegó y comenzó a jalarme los cabellos. Fue ahí que sentí que el resto, los otros agentes del GEIN, ya estaban junto conmigo”, añadió.

La captura de Guzmán supuso el colapso de su organización terrorista, la cual pasó a replegarse hacia el Huallaga y el VRAEM. Además, significó una victoria nacional y el inicio de un proceso de pacificación para los peruanos, asolados por más de una década de sangrientas acciones de Sendero Luminoso. Lo comenta el historiador Daniel Parodi.

“Marca un punto de quiebre en la historia del Perú. La llamada 'Captura del Siglo' no solo supone la captura de Abimael Guzmán, sino la de toda la cúpula de esta banda criminal de Sendero Luminoso. Poco después fue evidente que las acciones terroristas de esta banda disminuyeron notablemente, hasta casi desaparecer. Con la pacificación del Perú, la recuperación económica y la reorganización de la sociedad van a ser posibles y se llega a la década del milenio en mejores condiciones”, manifestó.

 

El problema de los remanentes terroristas

A pesar de los años transcurridos desde aquel 12 de septiembre de 1992, el terrorismo es todavía una preocupación para el Estado y la sociedad peruana. Remanentes de Sendero Luminoso, estrechamente vinculados al narcotráfico, siguen cometiendo asesinatos en el VRAEM; mientras que organizaciones de fachada como el Movadef han buscado tener presencia en la política y en organizaciones sindicales.

Para el exministro del Interior Rubén Vargas, la derrota total del terrorismo también implica deslegitimar el proyecto político que persiguieron y el apoyo público que han buscado generar. Para esto, considera que es fundamental no permitir que los remanentes terroristas instalen su relato de lo que fue Sendero Luminoso y más bien, construir nuestra historia en base a la memoria de la lucha de las instituciones públicas y de la sociedad democrática contra ellos.

“Si son los grupos terroristas y sus simpatizantes los que logran crear y difundir mensajes eficaces a la sociedad, justificando el proyecto político de la organización terrorista, serán los terroristas los que hayan ganado la batalla del relato. Y muy probablemente también gran parte de los objetivos políticos que buscaron. La batalla del relato y de la narrativa es la última batalla que ganar para derrotar eficazmente a una organización terrorista. Como hemos visto, el Estado nunca tuvo políticas sistemáticas para hacer frente a este reto. El resultado lo estamos viendo y viviendo precisamente ahora”, apuntó.

Abimael Guzmánfalleció el 11 de septiembre a los 86 años, en el Centro de Reclusión de Máxima Seguridad de la Base Naval del Callao.