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Entrevista al abogado constitucionalista y cara visible del movimiento ‘No A La Asamblea Constituyente’, Lucas Ghersi

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Luego de haber materializado su propuesta de prohibir expresamente la Asamblea Constituyente poco tiempo después de que en el Congreso nuevamente se intentó colar la posibilidad de su convocatoria, el abogado constitucionalista remarca que lo más importante ha sido el concientizar a las personas sobre sus riesgos e implicancias.

 

‘No A La Asamblea Constituyente’ comenzó a recolectar firmas casi al mes siguiente de la asunción al mando del vacado Pedro Castillo. Tras dos años, recién se han presentado las rúbricas ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). ¿Por qué tanto tiempo entre una cosa y la otra?

No se pueden presentar firmas que no hayan pasado un exigente proceso de control de calidad. Cualquier inexactitud que existan en las firmas genera responsabilidad. Entonces, nosotros hemos hecho una evaluación muy exigente y solo hemos presentado las [600 mil] firmas que han sido correctamente llenadas en el planillón y que correspondan con el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec). Y ese proceso de validación toma tiempo, además del tiempo invertido en la digitalización que tiene que hacerse con una persona especialista en procesos ante organismos electorales.

Con la presentación de las firmas, ahora su proyecto de ley que prohíbe expresamente la convocatoria de una Asamblea Constituyente podrá ser debatido en el Congreso; sin embargo, con el último desempeño del primer poder del Estado, ¿cree que su iniciativa pueda llegar a ser aprobada?

El trámite burocrático es lo de menos, lo principal ha sido conducir una campaña por todo el Perú para debatir sobre los riesgos que representa la Asamblea Constituyente. Yo no estoy obsesionado con que se apruebe [el proyecto en el Congreso]. Eso no es lo principal. Lo principal siempre fue el debate público sobre los problemas y los riesgos de la Asamblea Constituyente. Ese es el tema importante.

 ¿Y por qué considera más importante la capacitación ciudadana que el éxito del proyecto en el Legislativo?

Porque es un tema muy técnico y muy difícil de entender. Por eso, lo que tiene que producirse es un debate con transparencia, con claridad, y eso es parte de lo que nosotros hemos intentado hacer. La Asamblea Constituyente significa que se va a generar un espacio de poder absoluto sin ningún tipo de limitación. Una Asamblea Constituyente puede cerrar el Congreso, puede intervenir una municipalidad, puede cerrar el Ministerio Público, puede hacer cualquier cosa.

¿Y siente que lo ha logrado? ¿O todavía siente que hay bastante desconocimiento respecto a esta figura?

El tema constitucional, el tema de la Constituyente es un tema muy técnico, es un tema muy difícil de entender. Entonces, yo creo que es normal que la gente no conozca en detalle un tema tan técnico. Por eso, lo que tiene que producirse es un debate con transparencia, con claridad para debatir estos temas y eso es parte de lo que nosotros hemos intentado hacer desde No A La Asamblea Constituyente.

¿Cómo ha percibido el recibimiento de ‘No A La Asamblea Constituyente’ entre la población?

En todos los lugares donde hemos ido hemos tenido un recibimiento muy entusiasta de la gente. Hemos tenido debates muy intensos en las cámaras de comercio, en las universidades públicas, en todos lados, y siempre con diferentes sectores de la población. El lugar donde más firmas se recolectaron es Lima; el segundo puesto lo ocupa Arequipa; el tercero es La Libertad; en cuarto viene Piura; y en quinto está el Cusco. Y estos resultados son interesantes porque el movimiento ha tenido un respaldo importante en el sur, lo que demostraría creo yo que quizá el radicalismo o la demagogia de algunos sectores en el sur hace que haya otro sector que tenga conciencia sobre los peligros de la Asamblea Constituyente: cuando se explica qué es la Asamblea Constituyente, prácticamente todos están en contra.

¿Y aquellos que están a favor? Porque de todas maneras hay quienes apoyan su convocatoria

El movimiento a favor [de una Constituyente] está basado en una serie de simplificaciones e imprecisiones y quienes lo impulsan creen que esa es la única forma de introducir cambios en la Constitución; se olvidan que nuestra Carta Magna ha tenido más de 30 cambios desde que entró en vigencia a través de reformas constitucionales, algunos de ellos sometidos inclusive a referéndum.

Entonces, ¿cuándo tiene sentido una Asamblea Constituyente?

Un poder de ese tipo se hace necesario cuando se requiere refundar un país. ¿Tiene sentido hacer eso cuando tenemos instituciones? No, porque lo lógico es reformar las instituciones a través de las instituciones. Por ejemplo, una Asamblea Constituyente tiene sentido cuando un país no tiene democracia y quiere conseguirla. En el año 78, el Perú tenía una dictadura militar, no había ninguna institución democrática en ese momento, había que formar la democracia. Hoy en día el Perú sí tiene democracia, una disfuncional, pero la tiene. Entonces, no se justifica que nosotros busquemos convocar un súper poder absoluto en este momento a diferencia del año 78: no estamos en un momento constituyente.

¿No necesitamos una nueva Constitución? Porque muchas personas le adjudican a ella muchos problemas e incluso la consideran ilegítima por ser producto de un golpe de Estado y por haber desconocido el último artículo de la Constitución del 79

La Constitución del año 79 tenía una cláusula pétrea que decía que no se podía reconocer a ningún gobierno que fuera en contra de la Constitución sin respetar los mecanismos de cambio previstos por la misma. Es un hecho objetivo que el 5 de abril del año 92 se produjo un golpe de Estado y que el Congreso Constituyente que dio lugar a la Carta Magna actual fue inconstitucional y golpista. ¿Pero eso significa que la Constitución del 93 es nula y que está vigente la Constitución del 79? La respuesta es que no. ¿Por qué motivo? Porque ya ha pasado demasiado tiempo. Si estuviésemos en el año 93 o 92, de repente sí sería posible, pero hoy día ya no se puede. Ya los hechos rebasan el derecho. ¿Cómo vamos a borrar del mapa todo el cambio del modelo económico, toda la entrada de la inversión al Perú, la independencia del Banco Central de Reserva, la existencia del Tribunal Constitucional, la existencia de la Defensoría del Pueblo? Sería impracticable volver a la del 79. Simplemente ya no se puede. Sin embargo, sí creo y estoy a favor de que se hagan cambios en nuestra Constitución, como por ejemplo la bicameralidad, la reelección congresal, la elección por mitades, la superposición de derechos, la concesión de los recursos naturales, y un gran etcétera.

¿Y no es posible convocar a ese súper poder, pero sin que este busque refundar el país? Digamos, a fin de buscar el diálogo con aquel sector que la exige en calles y plazas que está incendiando al Perú bajo la consigna de la Constituyente.

No hay forma de que la limiten o que ella misma se autorregule (la autolimitación del poder no es limitación del poder). Por definición, ella es soberana y es capaz de desconocer cualquier norma previa. Claros ejemplos de dicha prerrogativa son Chile y el Perú: en ambos países se convocó a una Asamblea Constituyente y se intentó imponerle límites, pero en ningún caso fue posible. Y eso es lo que nosotros hemos buscado que la población entienda: pedir Asamblea Constituyente significa pedir poder absoluto.

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