Medios europeos como Le Parisien y RTL cuestionan duramente el liderazgo de la presidenta peruana. Cirugías, relojes de lujo y represión en protestas son los ejes de su creciente impopularidad.

La figura de Dina Boluarte sigue generando controversia no solo en el Perú, sino también en la esfera internacional. Esta semana, dos influyentes medios franceses, Le Parisien y RTL, publicaron artículos que repasan los principales escándalos que han golpeado su gestión, titulando sin medias tintas:

  • “Rolexgate y rinoplastia… ¿Por qué la presidenta del Perú es una de las líderes más odiadas del mundo?” (Le Parisien)
  • “Rolex, cirugía plástica, represión… ¿Por qué la presidenta del Perú es uno de los jefes de Estado más odiados del mundo?” (RTL)

Las publicaciones reflejan una percepción crítica y escéptica sobre la mandataria peruana, quien registra actualmente un 94% de desaprobación según encuestas locales, un nivel que la coloca entre los gobernantes con mayor rechazo a nivel global.

Desaprobación histórica: ¿por qué tanta impopularidad?

La prensa francesa no escatima en detalles al enumerar los factores que explican el desplome de la popularidad de Boluarte desde que asumió el cargo en diciembre de 2022, tras la caída de Pedro Castillo. Ambos medios coinciden en que las muertes en protestas y el escándalo “Rolexgate” son los dos elementos que más han marcado su mandato hasta ahora.

“Es difícil superar al presidente del Perú en términos de impopularidad”, señala RTL.
“Es difícil encontrar una opinión peor que la desfavorable del 94%”, remarca Le Parisien.

Violencia y represión: el caso más grave

Uno de los aspectos más cuestionados por la comunidad internacional fue la violenta represión durante las manifestaciones ocurridas entre diciembre de 2022 y febrero de 2023, que dejaron más de 50 muertos. La prensa gala califica los hechos como una “represión brutal” contra ciudadanos que exigían su renuncia.

Este caso está siendo investigado por la Fiscalía peruana por presuntos delitos de lesiones graves y homicidio calificado, en el marco de una denuncia constitucional.

Rolexgate: joyas, relojes y supuestos sobornos

El segundo gran eje de crítica internacional es el conocido “Rolexgate”, que involucra a Boluarte con la supuesta recepción indebida de relojes de lujo, entregados por el gobernador regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima. Según Le Parisien, uno de los relojes —un Rolex de acero y oro rosa, con diamantes— estaría valorizado en 19.000 dólares.

“La presidenta supuestamente ‘aceptó por error’, según sus propias palabras, una colección de relojes y joyas de lujo como sobornos”, añade el medio francés.

Caso Cirugías: ¿abandono de cargo?

A esto se suma el polémico caso de las cirugías estéticas, en el que el médico Mario Cabani afirmó haber realizado procedimientos faciales a la presidenta mientras ella seguía en funciones. La Fiscalía investiga si esto implicó abandono de funciones u omisión de deberes de cargo, ya que Boluarte no habría informado oficialmente de permisos médicos.

Le Parisien ironizó sobre las explicaciones de Boluarte, quien comparó el procedimiento quirúrgico con “la extracción de una muela”.

“¿Puede realmente empeorar la encuesta de opinión pública de mayo?”, cuestiona el medio parisino.

Regalos religiosos y dudas simbólicas

Finalmente, RTL también menciona el reciente episodio de la cruz de Motupe entregada al papa León XIV durante la visita de Boluarte al Vaticano, acto que ha sido criticado como un intento superficial de mejorar su imagen sin un verdadero respaldo popular ni moral.

Reflexión final: la mirada exterior que incomoda al Gobierno

La cobertura internacional sobre Dina Boluarte revela que su situación política trasciende fronteras. Lo que antes era una crisis doméstica de gobernabilidad, ahora es objeto de escrutinio global. La prensa francesa la expone como una figura símbolo de autoritarismo sin legitimidad, debilitada por escándalos, rechazada por su pueblo y sin mayor respaldo político interno.

Boluarte ha insistido públicamente en que “saldrá por la puerta grande en 2026”, al concluir su mandato. Sin embargo, la realidad internacional comienza a delinear otro relato: el de una mandataria aislada, impopular y bajo múltiples investigaciones.