Una intervención de emergencia evitó que un objeto punzocortante llegara al estómago del menor y causara daños internos. El caso revela los riesgos latentes en el entorno doméstico.

Un equipo de especialistas del Hospital Nacional Alberto Sabogal Sologuren, del Seguro Social de Salud (EsSalud), logró salvar la vida de un niño de tan solo dos años, luego de que este ingiriera accidentalmente un afilado fragmento de cerámica mientras jugaba en su casa. Gracias a una intervención endoscópica de alta precisión, el objeto fue retirado a tiempo, evitando consecuencias fatales.

El incidente ocurrió cuando el pequeño Marco —nombre cambiado para preservar su identidad— comenzó a quejarse de molestias en la garganta. Alarmados, sus padres lo trasladaron de inmediato al hospital ubicado en el Callao. En la sala de emergencias, una radiografía reveló la presencia de un trozo de loza del tamaño de una tapa de botella, incrustado en su esófago.

Intervención de alto riesgo

Tras identificar el cuerpo extraño, el equipo médico activó de inmediato un protocolo de emergencia para realizar una endoscopía terapéutica. La doctora Nery Castillo Vassallo, médico gastroenteróloga del hospital, detalló la peligrosidad del caso.

“Se trataba de un objeto filudo, con bordes irregulares y alto riesgo de perforación del esófago o el estómago. El tiempo era crítico”, señaló la especialista.

Utilizando instrumental especializado y técnicas mínimamente invasivas, el equipo logró extraer el objeto sin causar lesiones internas al menor. El procedimiento fue exitoso y permitió dar de alta a Marco en pocas horas, bajo observación.

El agradecimiento de una madre

La madre del niño expresó su profunda gratitud al personal médico por la rápida atención, el profesionalismo y el apoyo emocional brindado durante la emergencia.

“Pensé que lo perdía. Nunca imaginé que algo tan pequeño podría ser tan peligroso. Gracias a los doctores, mi hijo está bien”, declaró visiblemente emocionada.

Advertencia a padres de familia: los riesgos están en casa

La doctora Castillo aprovechó el caso para advertir sobre la alta frecuencia de ingestión accidental de objetos en niños menores de cinco años, una de las principales causas de emergencias pediátricas.

“Atendemos con frecuencia casos de ingestión de monedas, piezas de juegos, botones, imperdibles e incluso baterías, estas últimas extremadamente peligrosas por su capacidad de causar quemaduras internas en cuestión de horas”, advirtió.

Prevención: el llamado del Hospital Sabogal

Desde la institución, se exhortó a la ciudadanía a tomar medidas preventivas en el hogar:

  • Mantener objetos pequeños o filudos fuera del alcance de los menores.
  • Supervisar constantemente a los niños durante el juego.
  • Acudir de inmediato a un centro de salud ante cualquier sospecha de ingestión accidental.

Este caso, que pudo haber terminado en tragedia, se convirtió en un nuevo ejemplo del rol crucial que cumple el sistema de salud pública cuando actúa con rapidez, coordinación y profesionalismo.