Una organización religiosa fundada por Luis Figari en 1971. Esta decisión responde a las graves denuncias de abusos sexuales, físicos y psicológicos cometidos contra menores de edad, así como a casos de corrupción financiera dentro del grupo.

Con esta medida, el Vaticano pone fin a una comunidad que durante años causó daños irreparables a sus víctimas, ocultándose tras una fachada religiosa. La decisión también incluye un reconocimiento a las investigaciones periodísticas que sacaron a la luz estos crímenes y a las víctimas que valientemente denunciaron los abusos.

Es preciso recordar que la noticia de la extinción de esta organización de curas fue anunciada el 18 de enero a través del portal Infovaticana y, dos días después, fue confirmada por el mismo Sodalicio de Vida Cristiana a través de un comunicado en el que aceptaban que dos personas de ellos habían infringido las reservas del caso y filtrado la información. «Dos sodálites reconocieron haber violado las reservas del caso y, luego de pedir perdón a los presentes, fueron expulsados definitivamente de la Asamblea», informaron.

Asimismo, las pruebas de corrupción financiera dentro de las operaciones económicas del Sodalicio habrían sido determinantes para decidir la disolución. La continuidad de esta comunidad religiosa era insostenible ante las graves imputaciones en su contra.

Como se recuerda, una pista que ayudó a la decisión del Vaticano y Papa Francisco fue la investigación periodística de Pedro Salinas y Paola Ugaz, ‘Mitad monjes, Mitad Soldados’, que narran 30 testimonios de exmiembros que fueron víctimas de abusos de Luis Figari y compañía.