La orfebrería peruana es aclamada por su esplendor en culturas preincaicas como los Vicús, Mochica y Chimú, pero poco se ha profundizado en el conocimiento de los yacimientos que abastecían de metales preciosos a estas civilizaciones.

Ahora, nuevos hallazgos en la región de Vilcabamba, Cusco, permiten vislumbrar cómo los incas explotaban minas de oro, plata y cobre, y cómo estas actividades marcaron la identidad económica y cultural del Imperio Incaico.

El rol de la minería en la sociedad incaica

La minería incaica se concentró en extraer tres tipos de metales:

  • Oro y plata: Utilizados en la ornamentación de templos, palacios y en la fabricación de emblemas que simbolizaban el poder político y religioso de la autoridad inca.
  • Cobre: Fundamental para la elaboración de herramientas, utensilios e incluso armas, lo que muestra su aplicación práctica en la vida cotidiana.

Estas materias primas no solo eran símbolos de riqueza y poder, sino que también jugaban un papel decisivo en la construcción del patrimonio cultural que hoy en día es motivo de orgullo peruviano.

Crónicas españolas y la búsqueda de los yacimientos

Aunque el paradero exacto de los yacimientos explotados por los incas permanecía en cierto misterio, cronistas españoles como Bernabé Cobo dejaron pistas sobre la existencia de importantes minas en la región de Vilcabamba, actual provincia cusqueña de La Convención. Conquistada por el inca Pachacútec, la zona continuó siendo de vital importancia durante el reinado de Túpac Inca Yupanqui, quien edificó ciudades sobre asentamientos anteriores de origen huari y chanca.

Ciudades como Choquequirao y el Cerro Victoria se asocian a la extracción del oro, mientras que la parte incaica de Vilcabamba se integró a un complejo sistema de aprovechamiento de recursos. Tras la captura y ejecución de Atahualpa por los conquistadores, el emperador Manco Inca refugió a sus seguidores en Vilcabamba, prolongando la resistencia inca durante casi cuatro décadas.

Con la conquista española de Vilcabamba en 1572, el general Hurtado de Arbieto fundó una nueva población en terrenos cercanos a las antiguas minas de plata conocidas como Oncoy. Inicialmente bautizada como Villa Rica de Argete, la localidad fue renombrada como San Francisco de la Victoria de Vilcabamba o, simplemente, Vilcabamba La Nueva, convirtiéndose en el centro administrativo de la región durante siglos.

Descubrimiento arqueológico en el Valle de Minaspata

El 6 de mayo se dieron a conocer los resultados de una expedición realizada por la Sociedad Geográfica Española en la zona de Vilcabamba. Los arqueólogos encontraron evidencias de asentamientos mineros incas en tres parajes situados en las laderas del cerro Comballa: Rosario, Racaypata y Huayna Huarco. Según explicó Miguel Gutiérrez-Garitano, director de la excavación arqueológica:

«Creemos haber descubierto las minas de plata de los incas, junto con las ciudades perdidas de Oncoy (inca) y, sobre esta, la Villa Rica de Argete (española),poblados mineros donde se instaló la primera capital española de toda la región de Vilcabamba. Este hallazgo podría ser clave para comprender la historia de la zona, al menos en el contexto de la conquista española.»

Además, se evidenció que toda la ladera suroccidental del valle de Minaspata alberga restos de un asentamiento minero con una ocupación ininterrumpida que se remonta al periodo Formativo y muestra una marcada presencia tanto inca como colonial.

Un legado que trasciende el tiempo

Este descubrimiento no solo enriquece nuestro entendimiento sobre las técnicas y métodos extractivos utilizados por los incas, sino que también revela la compleja red de asentamientos y centros urbanos que se desarrollaron en torno a la minería. La explotación de metales preciosos y utilitarios fue fundamental para cimentar el poder del Tahuantinsuyo y, a su vez, sentó las bases para el desarrollo económico durante la colonia.

Hoy, estos vestigios arqueológicos abren una ventana al pasado y ofrecen a historiadores, arqueólogos y al público en general la oportunidad de reconstruir con mayor exactitud la dinámica social, política y económica del Imperio Incaico.

La investigación en Vilcabamba representa un avance significativo en el estudio de la minería incaica, permitiendo conocer de cerca los yacimientos y asentamientos que jugaron un papel esencial en la historia del Perú. Este hallazgo no solo consolida el legado de una civilización que supo aprovechar los recursos naturales de manera extraordinaria, sino que también refuerza el valor cultural y patrimonial de las técnicas y conocimientos heredados por los incas. Con cada descubrimiento arqueológico, se teje un relato más completo de nuestro pasado, enriqueciendo el orgullo nacional en torno a una historia de gran complejidad y esplendor.