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En los últimos tiempos, se ha disparado el uso del “streaming”, una tendencia global que también tiene su reflejo en Perú y que explotó en 2020. Ese año, solo en la plataforma de streaming más popular de la nación, Netflix, se contabilizaron 26 millones de nuevas suscripciones en los primeros seis meses, comparados con los 12 millones de nuevos usuarios que se registraron en la primera mitad de 2019.

Sin embargo, tras el boom que se produjo en 2020, se dio un lógico descenso a nivel regional. Según datos de un estudio de Sherlock Comunications de finales de 2021, si bien en 2020 un 8% de los entrevistados en Latinoamérica dijo ser cliente de un mínimo de 5 apps de streaming, en 2021 el porcentaje se redujo a un 2%. En Perú, el descenso fue todavía más acusado: en 2020, un 13% de peruanos declaró ser cliente de al menos 5 proveedores de streaming, mientras que al año siguiente solamente lo hizo un 1%.

Estos datos podrían hacer pensar que el streaming quedó en una moda pasajera, pero nada más lejos de la realidad. Simplemente, ante una oferta inmensa, los usuarios se han vuelto más selectivos, lo cual ha provocado que la competencia sea feroz entre las distintas plataformas, que pelean constantemente por mejorar su oferta y, como mínimo, retener a su base de clientes.

Aun así, el número de plataformas de streaming no cesa de aumentar, especialmente las dedicadas a las series y películas. Recientemente se anunció una nueva adición: la popular cadena de supermercados estadounidense Walmart tendrá también su oferta en streaming gracias a una alianza con los estudios de cine Paramount, a través de un servicio que se llamará Walmart+.

La posibilidad de poder acceder a contenidos audiovisuales bajo demanda, a cualquier hora y sin tener que descargarlos sigue llegando a más gente y con perfiles más diversos. Todo un fenómeno que ha transformado la actual industria del entretenimiento, aunque no se trate en absoluto de nada nuevo.

Streaming en directo: del casino online a Twitch

La palabra “stream” hace referencia a la “corriente” de un río, pero, en sentido figurado, dentro del mundo digital, no es más que la transmisión de audio o video en tiempo real, como tradicionalmente se hizo con la radio o la televisión, pero en distinto soporte.

En los inicios de internet, para visualizar o escuchar archivos de un tamaño considerable, había que descargarlos en la computadora. Por este motivo, cuando apareció YouTube, a mediados de los 2000, supuso toda una revolución. Los propios usuarios podían alojar sus videos en este sitio web y compartirlos con los demás.

Más o menos en las mismas fechas, comenzó a consolidarse el casino online. Estas plataformas de juego fueron pioneras a la hora de conjugar la transmisión audiovisual y el entorno digital. Los casinos en directo dan la posibilidad de ver a través de un sitio web la acción que se da en un casino físico. Pero, además, esta modalidad llamada también “live casino” introdujo una variante nueva en el streaming audiovisual: la interacción con los usuarios.

Mientras los dealers están haciendo girar la ruleta o repartiendo las cartas, los usuarios del casino online pueden interactuar con lo que está sucediendo. Participan en el juego desde el lugar en que se encuentren, e incluso, a través del chat, pueden hablar con otros usuarios o mandar mensajes a los dealers.

Este modo de streaming en vivo se ha ido extendiendo a otras modalidades de entretenimiento, como los videojuegos. El gran paradigma es la plataforma Twitch, que hace propia esta idea de transmisión en directo e interactividad.

Y no solo es el sector del entretenimiento el que hace uso del streaming en vivo, sino que las transmisiones en directo a través de internet también han llegado a los medios de comunicación como Radio Kalle o a redes sociales como Facebook, Instagram o el mencionado YouTube.

En el cada vez más extendido teletrabajo es habitual el streaming en vivo a través de las aplicaciones de videollamada. Y también la enseñanza online lo utiliza como herramienta para conectar profesores y estudiantes que se encuentran en distintos espacios físicos.

Internet permite atravesar muros y fronteras, y cada vez es más accesible gracias a la conexión por dispositivos móviles. La transmisión de contenidos audiovisuales en tiempo real no es nada nuevo, pero, combinado con los avances tecnológicos, abre todo un mundo de posibilidades que no para de crecer.

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