Super Mensajes

Por Vladimir Rendón

Han pasado 26 años desde que el economista, exdiputado y exsenador de la República José Linares inició un trabajo de “inclusión social” en lugares del Perú interior, allí donde la agricultura se confunde con la juventud y el idioma quechua, una lengua ancestral que incluso se podría decir es anterior al incanato, es así que el exparlamentario dio inicio a la promoción de la educación con enfoque tecnológico, en lugares donde la mayoría de los niños eran quechuahablantes, por herencia de padres a hijos.

“Me dediqué a formar vocablos digitales para niños cuyo idioma natal era el quechua, así en la zona de Apurímac donde está la mina de cobre Las Bambas empecé mi trabajo con escolares donde menos del 30 por ciento hablaba español, un reto que conllevaría luego una investigación que dio paso a un diccionario quechua, que no es lo mismo a lo que encontramos en Google, aquí ha habido un trabajo donde se ve cómo el quechua, que tiene varios dialectos, tiene su predomino en el sur, Ayacucho, Huancavelica Cusco, Arequipa, Apurímac y parte de Puno”, nos indica José Linares.

¿Cómo ha sido su trabajo con jóvenes quechuahablantes?

Me dediqué a la tecnología educativa y trabajé en la educación donde había una metodología pasiva, cuando en el mundo ya hay una política educativa activa, son más de 20 años en los que he trabajado con el Ministerio de Educación, con las regiones y con las mineras. Estoy hablando de lugares como Ayacucho y Huancavelica. Siempre firmaba los contratos, para trabajar en proyectos en español, pero al ver la realidad me encuentro por ejemplo que en el Colegio Mariscal Cáceres de Ayacucho el año 1996, el 60 % de los niños hablaba quechua y el 40% hispanohablantes, cuando el proyecto para el que me habían contratado era en castellano. Allí ya nacieron varias interrogantes de cómo llegar a los niños.

¿Qué hizo entonces?

Entonces me di cuenta que el quechua no tiene tecnología, es decir si tu ves el diccionario quechua que se hizo en España el año de 1580, prácticamente es el mismo que se sigue reeditando. En dicho texto no se ha incluido la revolución industrial, ni la revolución analógica, tampoco la revolución digital o la automatización. Entonces si no hay tecnología la producción se vuelve limitada, de allí la pobreza que se concentra en el Ande, todo porque el idioma no tiene tecnología, y hoy que se habla de la segunda reforma agraria que en la práctica es generar productividad en los parceleros del Ande, pero para esa mejora se tiene que incorporar tecnología a su idioma, en este caso el quechua, y eso es lo que yo he venido haciendo durante más de 20 años.

Lea la nota completa en nuestra versión impresa o en nuestra versión digital, AQUÍ.

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookTwitter Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.