Por Juan Pablo Chirito
Hace 231 años, un día como hoy, hizo su aparición en nuestro país el Diario de Lima, primera publicación de edición regular por lo que muchos años después, todos los 1 de octubre es considerado como el Día del Periodista, fecha conmemorativa que pone de manifiesto este noble oficio, que a lo largo de nuestra historia ha contado con innumerables personajes, que muy a su estilo han sabido perennizar con su trabajo periodos valiosos de nuestra historia reciente.
Uno de esos protagonistas, que se inició en EXPRESO y desde hace más de medio siglo ha logrado eternizar momentos importantes con su peculiar pluma y estilo es Alfredo Marcos Ortega, o simplemente Alfredo, humorista crítico que ha hecho del periodismo un estilo de vida, convirtiéndose en testigo de excepción de innumerables hechos de interés público, a los que le ha sabido impregnar su ojo crítico, pero con sagacidad y sutileza.
En la era digital
Trascurrido el tiempo, tras haber disfrutado del éxito de su profesión, como muchos ha logrado reinventarse y sus personajes característicos se vienen difundiendo desde hace casi cuatro meses, a través de plataformas virtuales como Facebook e Instagram, para el deleite de sus adeptos y nuevos seguidores.
“He entrado bien y con bastante llegada en el público. Esta es una aventura nueva. Mi hija Carla tomó la iniciativa de lanzarme a las redes que no es el medio en el que me desenvolvía, pero estoy aprendiendo. Me encuentran como ‘El Humor de Alfredo’”, nos cuenta entusiasta y agrega: “todos los días de lunes a sábado aparece una tira de diferente personaje, estoy en capacidad de seguir creando, tengo cosas que se me vienen a la mente, pero también me puedo olvidar otras. Estoy en la nave del olvido (se ríe)”.
Cabe señalar que Alfredo es dueño de un humor social, que le ha permitido lograr numerosos personajes, algunos de ellos reunidos en sus hasta ahora dos libros. Uno de ellos titulado ‘El hombre que no podía irse’, y el otro, ‘La vaca y el perro’, sin duda, verdaderas obras de arte que sus seguidores lo han disfrutado en extremo.
Precisamente, el reconocido psicoanalista Max Hernández detalla en el primero de sus libros que Alfredo hace que el lector se identifique con los personajes de sus tiras, porque hace uso de un lenguaje lúdico y utiliza con mucha maestría el recurso del pensamiento expresado en imágenes. Además, la gracia de sus trazos permite entender la difícil facilidad con que lleva a cabo su trabajo.
Por su parte, el historiador, sociólogo y periodista Hugo Neira, le escribe una carta filosófica al autor en su segunda obra, en la que pone de manifiesto que Alfredo está en las ‘ligas mayores’, porque utiliza muy bien la temática de ‘La vaca y el perro’, en la que se pone de manifiesto el libre albedrío, que pareciera abrir uno de esos manuales de formación de escolares, donde hay mucha reflexión. Añade que hay ciertas formas de inteligencia, desde lo emocional a lo complejo que une el pensar con las imágenes, y Alfredo va por ahí. Sin duda, ambas obras son un lujo.
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