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Diego La Hoz, director de teatro y dramaturgo, se alista para presentar ‘Cuando el día viene mudo’, en el teatro Mocha Graña de Barranco, una obra reflexiva que habla sobre el encuentro de dos jóvenes con el amor.

Háblame de tu experiencia como director y dramaturgo.

Estuve en México en 1998, luego regreso a Perú en 1999 y es cuando empiezo como director de teatro y fundo mi grupo de teatro Espacio Libre, desde entonces no ha parado como director de teatro y también empecé a escribir obras de teatro, soy un director que escribe.

¿Eres dramaturgo?

La gente dice dramaturgo, pero me gusta autodenominarme como un director que escribe.

¿Eres escritor o escribidor?

Escritor, y eso también por herencia de mi padre que es poeta, así he estado rodeado de poetas toda mi vida.

¿Y cómo es la obra ‘Cuando el día viene mudo’?

Esta obra la preparé en el año 2005 y se estrena en el 2006, es la primera obra que escribo en solitario, ante había escrito con otros dramaturgos. Esta obra me tomó casi año y medio escribirla, fue una idea primigenia, y lo que quería contar es la historia de dos amigos, que uno se ha enamorado del otro y se lo va a confesar, de esta forma sentí la necesidad de contar también mi propia historia. Pero ojo, la obra no es autobiográfica, aunque la obra está llena de homenajes a mi vida, a mi adolescencia, a mis amores, a mis fantasías a mis musas, a mi familia, a mis abuelos; así hay un montón de guiños a mi propia historia. Entonces es una forma de homenaje a ese Diego adolescente que empieza a tener sus primeros amores, a tener dudas de cómo enfrentar mi sexualidad, como abrirme a eso, así yo recién salgo del clóset a los 22 años, no como ahora que los chicos ya se abren al mundo desde los 15 o 16 años, en cambio a mí me costó mucho. Entonces, ‘Cuando el día viene mudo’ es un homenaje a esa etapa de mi vida, en que yo vivía rodeado de poetas y personalidades de las letras.

¿Entonces haces básicamente teatro para adultos?

Sí, básicamente es teatro para adultos, donde yo siento que puedo dialogar de manera más libre.

¿Crees que en la sociedad peruana todavía hay menos recelo para aceptar la homosexualidad?

Sí, claro, aunque menos que antes. Yo desde que estoy haciendo teatro nunca tuve miedo de contar cosas, contar historias, tocar el tema LGTBQ, así sentía que me iba afirmando, podía aportar a mi comunidad desde esta trinchera que para mí era el teatro, así a través de este arte encontré esa forma de comunicarme y afirmarme.

¿Cómo ha sido tu evolución desde que regresaste de México y también estuviste viviendo en Arequipa, que es una ciudad bastante conservadora?

Si bien en México son muy machistas, también son muy liberales, de esta forma recuerdo que los jóvenes de esa época de los 90 había mucha libertad y hablo en general; sin embargo, cuando había que pararse ante la sociedad las cosas cambiaban, ahora si me preguntas por Arequipa te puedo decir que fue una experiencia bien reveladora, porque si bien es una ciudad conservadora, me encontré con una sociedad muy sensible, muy artística y el teatro en Arequipa tiene una desarrollo muy sorprendente y hay muchos grupos de teatro y dramaturgos jóvenes. De tal manera que en mi estancia en Arequipa me toco apoyar y aportar a los grupos de teatro y si bien es una sociedad conservadora en algunos aspectos, aparecen en contraparte las personas que quieren hablar libremente de sus cosas, y si genera una linda tensión.

¿Qué es una linda tensión?

Me refiero a una tensión entre lo conservador y no conservador, así me encontré en Arequipa a una sociedad que podía conversar, y si hay quienes no pueden estar de acuerdo con uno, yo siempre sentí mucha tranquilidad, así nunca sentí hostilidad al contrario vi una sociedad capaz de tocar temas difíciles.

¿Y cómo crees que esos temas se toquen en el teatro? ¿Cómo ayuda el teatro a salir del clóset?

Es interesante esa pregunta, porque hace un mes fui a ver una obra titulada ‘Pequeño garabato’ que estaba en el Club de Teatro de Lima y que la dirigía una alumna mía y que tocaba el tema de la homosexualidad, así al personaje principal lo molestan, pero al chico le gustaba ponerse faldas, ello me sorprendió porque aquí no es fácil hablar del tema y esa obra la vieron muchos chicos que se identificaban con el protagonista, así me sorprendió la reacción de los asistentes que encontraron en la obra un espacio para dialogar, un espacio dialogar sin violencia.

¿Crees que el teatro es una forma de abrir espacios para el diálogo?

Sí, por supuesto, primero que el teatro es un espacio para la comunicación, donde uno se presenta y recibe del público una vivencia, así en esa vivencia hay un diálogo natural entre el público y los actores, así lo importante del teatro es que a las personas les tienen que suceder cosas, para que el público no salga de la misma manera como que entro y ese es el trabajo del artista, el movilizar al público a un espacio liberado, con diálogo y apertura. Es lindo que la gente vaya al teatro y luego salga a tomar un café conversando lo que les hizo sentir la obra.

¿El teatro es entretenimiento o reflexión?

Ambos, el teatro debe entretener y debe cuestionar, algo debe de pasar con la obra, moverte hacía algo.

La obra de Diego La Hoz

“Cuando el día viene mudo” regresa a los escenarios después de su estreno original en 2006 y exitosas temporadas en Lima, Buenos Aires, Arequipa, Cusco, Cajamarca y Chiclayo durante los 3 años siguientes. Con esta obra, Diego La Hoz cumple 25 años como director de teatro y fundador del grupo Espacio Libre, y lo celebra con la puesta en escena que estrena el 8 de junio, en el marco del mes del orgullo, en el Teatro Mocha Graña de Barranco.

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