El 18 de marzo, la vida de Alejandra Landers Carpio, una arquitecta de 26 años, se truncó inesperadamente tras un procedimiento médico en la clínica Sanna de San Borja. La joven, quien se encontraba aquejada por fiebre alta debido a una gripe, acudió a la emergencia del centro de salud en busca de atención. 

Sin embargo, el tratamiento que le fue administrado resultó ser fatal. Según la investigación, le fue suministrado un suero fisiológico de la marca Medifarma, que contenía una concentración anómala de sodio, lo que derivó en una muerte cerebral en pocas horas.
 

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