La corrupción es el cáncer que causa desde hace décadas enorme daño al país, que debe ser extirpado ya, para poder salvar la vida del paciente Perú. Es un mal que se ha enquistado en el Estado y, según la Contraloría, le cuesta 23 mil millones de soles de pérdidas anuales, en tiempos en que nuestra población sufre tantas carencias, como la falta de oxígeno en estos días de pandemia del COVID-19 que ya ha matado más de 160 mil personas, de acuerdo con los reportes del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef).
Pero si ya la corrupción es un acto delincuencial condenable, lo es peor cuando se produce en plena emergencia sanitaria, porque atentan contra la vida de las personas. Desde el inicio de la pandemia se han detectado muchos casos en la adquisición de implementos para la atención y protección de los peruanos ante el COVID-19, que están siendo investigados por la Fiscalía, como la compra de pruebas rápidas, por citar un ejemplo. O el caso ‘Vacunagate’ que tiene como principal protagonista al vacado y ahora inhabilitado para ejercer cargo público por diez años, expresidente Martín Vizcarra Cornejo.
Y pese a las reiteradas denuncias y cuestionamientos, este mal ejemplo ha seguido con las vacunas, con la pérdida de dosis en algunas regiones a las que el Ministerio de Salud les remitió para inocular a sus pobladores.
Hoy surge algo mucho más repudiable. La ‘vacunación’ con jeringas vacías, denuncia que fue viral en las redes sociales. Según el Minsa se han detectado tres casos. Ya la Contraloría asumió también la investigación. Pero consideramos que esto es algo que se debe ventilar en el ámbito penal, pues lo hecho no tiene otro nombre que crimen, porque puede costarle la vida de la persona a la que se le engaña. Debe investigarse a fondo porque según el Ministerio de Salud los tres casos no se llegaron a consumar, pero pueden aparecer otros.
Llama la atención que desde el Minsa digan que están investigando para detectar si se trata de un error involuntario, entre otros. ¿Puede un enfermero/a aplicar una jeringa vacía a una persona y decir que fue un error involuntario?
Llamemos las cosas por su nombre y a quienes resulten responsables se les debe aplicar todo el peso de la ley. Esperemos que se actúe en el más breve tiempo, porque estamos cansados de denuncias que siguen encarpetadas y hasta hoy no se conocen sanciones. Es increíble que pese ante constantes escándalos, servidores del Estado sigan cometiendo actos de corrupción.
Esto debe terminar ya. Le tomamos la palabra al presidente Francisco Sagasti que ha prometido mano dura y drástica sanción.
Por eso, es importante también que los dos candidatos presidenciales que compiten en esta segunda vuelta electoral expongan con claridad sus propuestas para combatir la corrupción. En todas las encuestas este es uno de los males principales que afecta al país. Debe ser erradicado con firmeza, con voluntad política. Es un clamor que debe cumplir quien asuma la presidencia de la República el próximo 28 de julio. Es un compromiso ineludible.
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