En las visiones políticas de sectores de la derecha, el modelo económico es uno solo, el creado por una dictadura que reestructuró el capitalismo en el país. Los socialistas, por su parte, detrás de la marca “neolioberalismo” amontonan todo tipo de modelos económicos de mercado que son muy diferentes entre sí. Igual, los duro y venenosos de la siniestra la han clavado la chapa de “comunistas” a todos los rojos, rosados y progresistas de izquierda.
Esas cosas pasan cuando uno pone a militares, sin preparación en las lides políticas, en el debate nacional de un país que no conocen como creen saberlo. Aplican las técnicas de la guerra a Lima como si estuvieran en Stalingado.
Creo que en la otra orilla política del país, aún hay una visión catastrófica y negacionista, de la sacada de vuelta que el capitalismo ha propinado a los socialistas tradicionales: ha demostrado que el mercado saca más rápido a la gente de la pobreza. Ocurrió en China, sigue ocurriendo en Vietnam y volverá a suceder en América Latina. No reconocerlo es no tener un punto de partida realista para ejercer el poder. Siendo conscientes de que los excesos neoliberales traen mercados timberos, capturados por monopolios con un costo humano inmenso.
También es imposible superar la desigualdad y la injusticia si las izquierdas no entienden que los sectores informales y emprendedores han reemplazado en la lucha social a la clase obrera y a los campesinos. No son solo las feministas, ni los ambientalistas moderados y radicales, ni los progresistas.
Los héroes indiscutibles de las jornadas sociales de nuestro tiempo, más aún en el Perú de “El Desborde Popular” y “El Otro Sendero”, son las mayorías de productores emprendedores semiformales e informales, creadores de la mayor masa de auto empleados del continente.
Ellos protagonizan un esfuerzo, todavía endeble y descoordinado, para defender sus propiedades, sus derechos como productores, y de acceso igualitario al mercado. Y ningún líder político se ha especializado en representar a estos millones y millones de peruanos. Pedro Castillo tampoco, casi no hay ambulantes en Chota.
Sin representación política adecuada, sin derechos de propiedad suficientes, sin estabilidad en las políticas de formalización necesitan un cambio para consolidarse en la legalidad y el mercado.
Ese cambio no lo ofrecen ni la izquierda ni la derecha. Pero resulta que el Gobierno que ha dicho que desaparecerá los “NINIS”, no asuma este tema como central en la política del país.
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