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La Nasa ha decidió desconectar 3 de sus primeros satélites enviados al espacio

Los satélites Terra, Aqua y Aura  formaron parte de la misión de la NASA para estudiar la atmósfera, la tierra y los océanos de la Tierra. Lanzados el 18 de diciembre de 1999, Terra fue el primero de estos satélites en ser puesto en órbita. Su objetivo es obtener información sobre la atmósfera, la superficie terrestre y los procesos de radiación solar. Terra está equipado con cinco instrumentos que le permiten monitorear la superficie de la Tierra, mapear el calor de la superficie y medir el balance entre la radiación entrante y saliente.

Aqua, fue lanzado el 4 de mayo de 2002, se enfoca en el agua en todas sus formas: en la Tierra, en la atmósfera y cayendo como lluvia. Esta misión está diseñada para recopilar datos sobre la evaporación y el ciclo del agua, la humedad del suelo y la convección en la atmósfera. Aqua porta seis instrumentos diferentes que ayudan en la observación de estos procesos y contribuyen a estudios relacionados con los cambios climáticos y el mejoramiento de la predicción meteorológica.

Aura, es el tercer satélite y fue lanzado el 15 de julio de 2004 y está dedicado al estudio de la atmósfera terrestre. Su misión es mejorar la comprensión sobre la calidad del aire y el cambio climático, monitoreando la composición de la atmósfera terrestre. Los instrumentos a bordo de Aura están diseñados para observar los gases traza atmosféricos, la química de la ozonosfera, y las propiedades de las partículas en la atmósfera.

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Estos 3 satélites han trabajo durante años en forma significativa aportando datos valiosos para comprender mejor y proteger nuestro planeta. Cada uno juega un rol específico en la monitorización de diferentes aspectos del sistema terrestre, Sabiendo sobre  los cambios que se avecinan en un futuro cercano, otros instrumentos satelitales  proporcionarán la información que se busca obtener desde el espacio.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) y la NASA trabajan en alternativas como instrumentos más ligeros y económicos. Norman G. Loeb, científico recuerda que para confiar en estas nuevas mediciones, es crucial comenzar a utilizarlas antes de que los actuales satélites dejen de funcionar, para poder comparar y calibrar adecuadamente los datos.