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Alrededor de la 1 de la tarde del 14 de junio, miembros de las Fuerzas Populares de Defensa voluntarias llegaron a un terreno ubicado entre dos pueblos al oeste del río Chindwin, en el centro de Myanmar. Habían sido alertados por un pastor de vacas, que había visto cuervos hurgando en lo que creía que era un cadáver.

Zarli Naing era la menor de cuatro chicas de una familia de agricultores

Los voluntarios vieron una mano humana que sobresalía de la tierra. Pertenecía a un joven combatiente de su grupo, Wu Khong, que había sido herido y desaparecido durante un ataque del ejército cuatro días antes.

Junto a él, en la fosa poco profunda, había otros cuatro cuerpos, desmembrados y quemados.

Gracias a la ropa encontrada cerca del lugar, más un reloj y un maletín médico, también identificaron a Zarli Naing, de 27 años, una enfermera que había llegado a esta zona de la región de Magway el año pasado para prestar asistencia sanitaria a los insurgentes y a la población local.

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LOS PRIMEROS PASOS

Zarli Naing era la menor de cuatro chicas de una familia de agricultores pobres que vivían cerca del gran complejo de templos de Bagan.

Fue la única de ellas que obtuvo buenos resultados en la escuela, se tituló como enfermera y consiguió un trabajo en un hospital de la capital, Nay Pyi Taw.

 Estaba trabajando allí cuando se produjo el golpe de Estado. Como miles de trabajadores sanitarios de todo el país, Zarli Naing se unió al movimiento de desobediencia civil (CDM, por sus siglas en inglés),negándose a trabajar con la administración controlada por los militares.

Un mes después del golpe, abandonó Nay Pyi Taw y regresó a su pueblo natal. Pero temiendo que su activismo político pusiera en peligro a su familia, decidió trasladarse a una zona segura en el norte de Magway, controlada en gran medida por las fuerzas de la oposición, como las Fuerzas de Defensa del Pueblo (PDF, por sus siglas en inglés).

Allí pasó a formar parte de una extensa red sanitaria clandestina dirigida por los miles de médicos y enfermeras que han abandonado sus puestos de trabajo en protesta contra el golpe.

También intentaba completar un curso de grado en línea de la prestigiosa Universidad de Enfermería de Mandalay. Había comenzado el programa a principios de 2020, pero se vio interrumpido por la pandemia.

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EL ATAQUE Y LA RESPUESTA

Por su página de Facebook parece haber sido una lectora empedernida que publicaba las coloridas portadas de las novelas en su lengua que le gustaban. Las fotos que compartió la muestran leyendo o levantando la mano en el símbolo de tres dedos de desafío que se ha hecho tan popular en el sudeste asiático en los últimos años.

Uno de los posts contiene una serie de fotos de una Aung San Suu Kyi mucho más joven con su familia en Reino Unido. El día antes de la muerte de Zarli Naing, el 9 de junio, tres grupos de las PDF lanzaron juntos un ataque contra el puesto militar que custodiaba el puente de Sin Pyu Shin, matando a tres soldados y tomando el control durante unas horas.

Un contraataque militar era inevitable, y en las primeras horas del 10 de junio, unos 30 soldados en cuatro vehículos fueron vistos dirigiéndose a Dan Bin Gan desde el este. No todos los soldados llevaban uniforme, pero los que sí lo llevaban podían identificarse por sus insignias en el hombro como procedentes de los batallones de infantería 256, 257 y 258, con base en Hpu Lon, cerca de la ciudad de Yesagyo, unos 25 kilómetros al sur.

A la madrugada, los habitantes de Dan Bin Gan empezaron a huir del pueblo, dirigiéndose a campo abierto hacia el oeste. Zarli Naing estaba entre ellos. Para frenar al ejército, los combatientes de la PDF colocaron minas caseras a lo largo del camino hacia Dan Bin Gan.

Uno de ellos, Wu Khong, se lesionó una pierna al caer mientras lo hacía. Zarli Naing se quedó con él para curarlo. Win Kyaw, que protegía a la joven enfermera, también se quedó. También lo hizo Khin Hnin Wai, amiga de Zarli Naing, que estaba embarazada, y otra joven combatiente, Thae Ei Ei Win.

Según testigos presenciales, habían corrido hacia el extremo oeste de Dan Bin Gan, pero se habían detenido para que Zarli Naing se ocupara de la herida de Wu Khong, cuando fueron interceptados por un grupo de soldados.

Guiados por un informante, los soldados habían rodeado el sur del pueblo para evitar las minas. Capturaron a Zarli Naing y a sus amigos, les ataron las manos y, junto con otras nueve personas que habían detenido, empezaron a marchar hacia el norte durante una hora aproximadamente hasta el pueblo de Thit Gyi Taw.

Testigos presenciales oyeron cómo los soldados preguntaban a sus cautivos si eran miembros del CDM y les advertían de que podían ser encarcelados o fusilados. Dicen que los soldados golpearon y patearon repetidamente a sus cautivos, y robaron comida y alcohol de las casas, ahora vacías, de las aldeas.

Por la tarde, los cautivos fueron trasladados hacia el sur, a un templo en un pueblo llamado Peik Thit Kan. Nueve de ellos fueron liberados y los soldados les dijeron que corrieran para salvar sus vidas. Uno de ellos nos dijo que los cinco restantes seguían vivos en ese momento.

No está claro qué pasó exactamente con Zarli Naing y los otros cuatro prisioneros después de eso.

En algún momento de la noche fueron trasladados al sur de Peik Thit Kan y asesinados por sus captores. Algunos aldeanos informaron que los oyeron gritar pidiendo ayuda. Pero no está claro cuándo y por qué sus cuerpos fueron desmembrados y quemados.

 

INNUMERABLES VÍCTIMAS

Los combatientes locales de la PDF creen que los militares tomaron como objetivo Dan Bin Gan porque era un conocido centro de resistencia al golpe, y también por la escuela establecida allí por Win Kyaw.

Las PDF creen que el informante que viajaba con los soldados identificó a Win Kyaw, Zarli Naing y Khin Hnin Wai como figuras importantes de Dan Bin Gan. Matarlos privó a la aldea y a las comunidades circundantes de líderes que ayudaban a mantener la insurgencia.

También privó a Myanmar de una joven y prometedora enfermera en un país que, incluso antes de la toma del poder por parte de los militares, tenía uno de los sistemas sanitarios más pobres de Asia.

Zarli Naing había terminado sus exámenes del primer semestre solo dos días antes de morir. Esto ha desplazado repetidamente a sus poblaciones, creando graves necesidades humanitarias que no están siendo atendidas debido al conflicto y a la falta de acceso de las agencias internacionales.

Miles de casas en el norte de Magway y el sur de Sagaing han sido destruidas por el ejército; incluso cuando se sienten lo suficientemente seguros como para regresar, la gente no tiene los recursos para reconstruir sus hogares. El golpe de Estado del año pasado ha desatado una brutal guerra de desgaste, con innumerables víctimas.

La entrada El brutal asesinato de una enfermera que decidió oponerse a un golpe de Estado se publicó primero en El Men.