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Siete mil plantas de marihuana, cuatro galpones, 11 casas de seguridad para esconder armas, 400 municiones, más de 600 mil dólares en efectivo, reputados financistas y 21 ciudadanos chinos tras las rejas. Todos estos elementos configuran uno de los golpes más llamativos al narco en Chileen los últimos años y cuyos protagonistas pertenecen a la banda “Bang de Fujian”, denominada así por su similitud con una mafia desbaratada en España del mismo nombre.

Siete mil plantas de marihuana, armas, municiones y 21 chinos fueron detenidos

Proveniente de Fujian, una provincia costera ubicada al sur de China, el cartel asiático ya había sufrido algunos contratiempos en Chile desde que se instaló hace un par de años y algunos de sus miembros históricos también habían sido detenidos. Sin embargo, una extensa investigación liderada por la Policía de Investigaciones de Chile (PDI),terminó por capturar a los cabecillas del grupo y desarticular casi por completo a la banda en la tercera etapa de la “Operación Dinastía Dragón Sur”, cuyas primeras versiones se dieron en 2020 y 2021,

Se logra la incautación de droga a granel, más de 1.900 plantas, armamento. munición, dinero y vehículos. El modus operandi de esta organización, era que ellos se encargaban de arrendar galpones en alguna comuna de la Región Metropolitana (Santiago),para que en indoors cultivaran y procesaran la marihuana”, declaró el prefecto Guillermo Gálvez, jefe de la Prefectura Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado Centro Norte.

Según reveló un reportaje del diario La Tercera, los chinos desarrollaron una vasta estructura en Chile durante este tiempo y generaron diversas alianzas con algunos nexos locales. “Una de las formas de operar (de esta organización) es que traen de manera ilegal a ciudadanos chinos con conocimientos en cultivos. Se les denomina los granjeros o cosecha”, precisó el fiscal el fiscal Yans Escobar en declaraciones reproducidas por el periódico chileno.

Un nombre clave dentro de la investigación fue Ling Cheng, el ciudadano chino que fue investigado por la policía chilena y que se convirtió en un señuelo clave para conectar los movimientos del grupo en Chile y entender por qué el Ministerio Público y a la PDI lo consideraban una pieza importante organización criminal. El persecutor, por lo mismo, no dudó en solicitar una serie de escuchas telefónicas hacia Cheng para rastrear a esta banda. ¿El problema? La nula comprensión del chino como idioma.

“Se aprovechaban de la dificultad que no sólo genera el idioma chino mandarín, sino el dialecto propio de la zona de Fujian, que es más difícil de traducir”, comentó el fiscal Yans Escobar, quien junto al subprefecto Eduardo Gatica, de la Brigada Antinarcóticos de la PDI, tuvieron que buscar fórmulas para entender lo que estaban escuchando. Así tocaron la puerta Interpol España, mediante una empresa de traducción europea, y lograron trabajar con traductores experimentados.

Según la nota de La Tercera, el rol de Ling Chen tomó más relevancia y su misión fue la de supervisar el funcionamiento de un galpón en Macul y nutrir de droga uno de los lugares que la banda frecuentaba. Para ello, tenía como socio al venezolano José Morales Rodríguez, quien le entregaba drogas sintéticas y sus componentes como ketamina y mefedrona, además de pastillas de éxtasis.

Pese al crecimiento y la inclusión de nuevos integrantes a la red, finalmente algunas escuchas telefónicas y la apertura de las cuentas bancarias, permitieron profundizar la investigación. Min Chen estaba detrás del financiamiento de esta nueva operación de la mafia china, previa vinculación de dos empresarios chinos: Meiyu Yan y Caixin Yu, el presidente de la Cámara de Comercio Chino de Temuco.

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De 44 años, conocido empresario de Temuco, tras su detención el pasado 26 de abril, quedó al descubierto su principal participación en esta mafia oriental que operaba desde la Región Metropolitana. Según La Tercera, el levantamiento de secreto bancario, escuchas telefónicas y la declaración de otros imputados, permitió comprobar la participación de Yu, como financista de la banda criminal.

Ese día, específicamente, la PDI allanó la parcela en Colina y le propinó el último golpe a la banda china, ya que se encontró lo mismo de las dos últimas operaciones: un cultivo indoor de cannabis a gran escala y más de mil plantas de marihuana. “En esta oportunidad, logramos determinar que mantenían una inversión por sobre los $40 millones (más de USD$ 50.000) con financistas chinos del rubro comercio y gastronomía”, señaló al medio chileno el jefe de la Brigada Antinarcóticos Sur de la PDI, Eduardo Gatica.