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La confianza es un elemento vital que forma parte de cualquier interrelación humana. De hecho, no se puede formar ningún tipo de vínculo personal o laboral si no existe la confianza. Por eso, es uno de los valores fundamentales que las personas buscan en los demás para establecer un círculo social armonioso y seguro.

DEBES SER UNA PERSONA HONESTA, MANTENER TU PALABRA Y CUMPLIR TUS PROMESAS

Se trata de dar y recibir en la misma proporción. El detalle está en que no todo el mundo está dispuesto a confiar porque no todas las personas se ganan ese privilegio.

 

CONSEJOS

Mantén tu palabra y cumple tus promesas:

El primer paso para mejorar la confianza en los demás es au­mentar la credibilidad en lo que haces y dices. Este hecho implica cumplir las promesas realizadas, a pesar de las circunstancias. Ahora bien, para que esto sea posible, es fundamental no ofrecer aquello que no seas capaz de dar, ya que caerías en una contradicción.

Cuando cumples con tu palabra, le estás mostrando a los demás que los respetas, los valoras y no quieres causarles daño. Esta es­trategia basada en la constancia y comunicación ayudará a que la confianza se vaya desarrollando en el proceso. En consecuencia, si por algún motivo no puedes cumplir lo que prometiste, puedes solventar los desacuer­dos mediante la comunicación asertiva para establecer nuevos convenios.

Desarrolla una comunicación abierta y sincera:

Una mala comunicación tiende a ser una de las principales razones por las que no hay confianza y las relaciones no se consolidan con el tiempo. Una buena comunicación no es solo decir lo que sientes, sino también incluir claridad en las ideas y una posición empática para no dañar a las demás personas.

Es decir, debes ser claro/a al mo­mento de adquirir un compromi­so y no tomar responsabilidades que no puedas cumplir. Si bien es cierto que esta esta estrategia incluye ciertos riesgos, al conso­lidar la comunicación entre las personas las relaciones son más fluidas y los mensajes se reciben con mayor claridad.

Practica la honestidad:

Para mejorar la confianza en los demás, acostúmbrate a ser honesto/a en cualquier circuns­tancia. Cuando se tiene auten­ticidad, las personas saben qué esperar de ti y, en consecuencia, aumenta la confianza. Además, esto sirve para evitar malas in­terpretaciones en tus palabras y acciones, ya que tu entorno conoce que eres una persona honesta.

Eso sí, no te escudes en una falsa honestidad para lanzar palabras hirientes a los demás. Al contra­rio, sé asertivo/a en tus ideas utilizando argumentos válidos y sólidos para expresar tus opi­niones. Esto genera un escudo de confianza que se fortalece poco a poco.

Ten paciencia:

Construir la confianza es un camino lento en el que no hay que apresurarse. Por lo tanto, no cometas el error de esperar que las demás personas confíen plenamente en ti de inmediato. Ve dando pequeños pasos, me­diante acciones y compromisos que puedas enfrentar para dar a conocer que eres confiable.

Una vez cumplas con tus objeti­vos, no solo los demás confiarán en ti, sino que también crecerá tu autoconfianza y tu determina­ción al creer más en tus propias capacidades.

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La ética, ante todo:

Una estrategia infalible para me­jorar la confianza en los demás es dirigir las acciones, la conducta y los pensamientos bajo un marco ético y moral que vaya en sintonía con la armonía social. En otras palabras, mantén tu rectitud e in­tegridad, aunque las situaciones sean muy complicadas. De esta manera, te ganarás el respeto propio y ajeno.

Valora tus relaciones y no las descuides:

Es común pensar que las otras personas siempre estarán ahí para ayudarnos cuando las necesitemos. Pero este tipo de actitud causa un alejamiento social que derriba todo tipo de confianza. Las relaciones sociales se basan en esperar y dar en la misma medida. Por eso mismo, demostrar que tú también estás ahí siempre para ayudar es una manera efectiva de generar una verdadera confianza.

Sé agradecido y ayuda siempre que puedas:

El agradecimiento, al igual que ayudar a otras personas, es una fuente de energía positiva. Por lo tanto, acostúmbrate a valorar y a agradecer por cada persona que se cruza en tu camino. Asi­mismo, intenta ser empático/a y sensible con las necesidades ajenas y comparte acciones de buena voluntad sin esperar nada a cambio. De esta forma, se genera confianza y estrecharás lazos de amistad y solidaridad que permanecen en el tiempo.

No escondas lo que sientes:

Aplicar la inteligencia emocional es otra excelente estrategia para mejorar la confianza en las demás personas. Por lo tanto, aprende a reconocer tus sentimientos y exteriorízalos en la proporción adecuada para no hacerles daños a los demás.

Trata de abrirte para que las per­sonas conozcan tus sentimientos y sepan qué te preocupa, qué te interesa y qué es lo que pueden esperar de ti. Si eres honesto/a y leal en tus acciones, la confianza florecerá a tu alrededor.

Busca el lado positivo de las cosas:

Vivir constantemente recordan­do los errores cometidos, lejos de ayudar a mejorar la confianza, afianzará el miedo a equivocarse otra vez. En este sentido, es conveniente pasar la página y avanzar para establecer nuevas relaciones que ofrezcan mayor valor a nuestra vida. Tenemos que quedarnos con los aprendizajes de las experiencias y desechar los errores cometidos para aprender y ser cada día mejor persona.

Perdona y participa:

Nada mejor que el perdón para liberar tu interior de sentimientos negativos. Aprender a perdonar es una buena estrategia para sanar las heridas. Al principio puede costar un poco, pero con la constancia y la determinación adecuada se pueden ver las situa­ciones desde otro punto de vista.