Van por todo para encontrar a los responsables. Mohsen Fajrizadeh, un reconocido científico nuclear Iraní, fue asesinado el pasado viernes cerca de Teherán, en el mismo país. El suceso desencadenó miles de protestas por parte de los radicales de la nación, quienes solicitan su contundente retirada del acuerdo nuclear que firmaron en 2015, además de la expulsión de los investigadores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) por presuntos espías.
LA UNIÓN EUROPEA CALIFICÓ LO SUCEDIDO COMO UN ACTO QUE “VA EN CONTRA DEL PRINCIPIO DE RESPETO DE LOS DERECHOS HUMANOS”
El descontrol en las calles estuvo acompañado de la decisión del líder supremo, Alí Jamenei, de ordenar que castiguen a los culpables. Por su parte, el presidente Hasán Rohani precisó que quisieron sembrar el caos y reveló que tomarán venganza en el momento adecuado. Otro punto importante es que el Estado judío mandó a reforzar las medidas de seguridad en todas las embajadas del país ante una posible represalia.
Ambos tuvieron respuestas coordinadas sobre el asesinato del exjefe del Departamento de investigación e innovación del Ministerio de Defensa para mantener en marcha “el esfuerzo científico y técnico de este mártir en todos los ámbitos en los que estaba trabajando”, exresó Jamenei. El mandatario emitió un tranquilo discurso televisivo e hizo hincapié en que “la nación iraní es demasiado inteligente como para caer en la trampa de la conspiración de los sionistas”.
Analistas como Abbas Aslani consideraron que “es inevitable la represalia porque si no hace nada la otra parte recibe el mensaje de que tiene vía libre para nuevos asesinatos, pero al mismo tiempo Irán debe ser cuidadoso para que esto no se convierta en una escalada sin control”. Por ello, tienen que mantener el cuidado en sus acciones, pues cualquier acto que tomen podría afectar a toda su región y terminar en una catástrofe.
“Tanto si Irán decide vengarse, como si no lo hace, este asesinato complica los planes de Joe Biden de volver al pacto nuclear”, publicó en sus redes sociales Amos Yadlin, el antiguo jefe de la inteligencia israelí y director del centro de estudios estratégicos Institute for National Security Studies. Luego del asesinato del general Suleimani en Irak a comienzos de año ocurrió algo similar, los iraníes tienen respuesta a estas acciones para mantener su capacidad de persuasión.
En esa oportunidad bombardearon con misiles las bases de Irak donde también se encontraban algunas tropas estadounidenses. Sin embargo, perpetraron un ataque con el propósito de no causar la muerte de ninguno de sus enemigos. Amir Hatami, ministro de Defensa, señaló a un canal estatal que el asesinato del científico está “claramente vinculado” con el de Qassem Suleimani, exjefe de la élite Quds Force de Irán, quien fue abatido por un dron.
El Estado Judío al ataque
Los medios israelíes apuntan a que el Estado judío tomaría acciones por parte de grupos radicales como Hamás, en Gaza, o Hizbolá, enLíbano, ambos aliados de Teherán. Se presenció en las calles de esta última ciudad los primeros carteles con Fajrizadeh junto a Suleimani y Abu Mahdi Muhandis, el líder de las milicias chiíes de Irak, los tres personajes asesinados en el presente año. Tenerlos en las pancartas representa sus importancias dentro de la rama del programa atómico.
Javad Zarif, ministro de Exteriores, exigió la condena del asesinato de Mohsen Fajrizadeh a la Unión Europea. El alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, respondió a lo solicitado calificandolo como un “acto delictivo que va en contra del principio de respeto de los derechos humanos”.
Israel y Estados Unidos consideraban a Fajrizadeh como el “padre del programa nuclear”, una persona de la que apenas se tenía información porque no estaba muy expuesto. Fue el único científico nombrado en la “evaluación final” elaborada por la AIEA (2015),en la que se le describió como supervisor de las actividades “en apoyo de una posible dimensión militar del programa nuclear”. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reveló el nombre del fallecido en 2018 y pidió que se anotara su nombre y apellido. Fajrizadeh se convirtió en el quinto científico asesinado en la república islámica desde 2010.
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