En el silencio del cementerio Santa María de la Colina, en el distrito de Majes (Arequipa),una carpa improvisada y un colchón desgastado sobre un nicho. Es la historia de Félix Flores Quispe, un hombre de 64 años que, durante dos meses, ha dormido junto a los restos de su esposa fallecida hace cuatro años.
Su lucha contra el alcoholismo y el abandono lo llevaron a refugiarse en el único lugar donde cree estar cerca de ella: su tumba. Vecinos del cementerio alertaron a las autoridades tras notar que, cada noche, un anciano esquivaba los patrullajes de los guardianes para instalarse sobre el nicho.
Félix, con ojos cansados y manos temblorosas, confesó que huía de su casa para evitar que sus hijos, de escasos recursos, lo encontraran en estado de ebriedad. La regidora Nataly Paz llegó al lugar para intervenir.
Paz relató que la falta de especialistas en la provincia de Caylloma dejó a Félix sin atención.
“Hay muchas personas en abandono, ya que en el distrito no existe un albergue»
Mientras tanto, el alcalde Juan Marcos Chávez coordinó con serenazgo y asistencia social para rescatar al anciano, quien fue llevado a un hospital junto a sus familiares.
Entre la desesperación y la esperanza en Arequipa
Aunque sus hijos insisten en cuidarlo, el alcoholismo de Félix lo empuja a escapar repetidamente. Ahora, las autoridades gestionan su tratamiento en Arequipa. Mientras tanto, su historia revela una cruda realidad, el abandono de los adultos mayores, especialmente en provincias alejadas de la Ciudad Blanca.