Super Mensajes

Anteayer el conductor televisivo de Willax Phillip Butters mostró en pantalla un mensaje del periodista Jorge Alania Vera, director general de Comunicaciones del Ministerio de Salud, en el que le ofrecía gestionar la vacuna contra el COVID-19 para su madre.

Butters, por supuesto, rechazó de plano el ofrecimiento. Su perfil de crítico incomodo se hubiese desmoronado en un instante si aceptaba la gollería, por más que fuese a beneficiar a su madre, exenfermera del Hospital Loayza de 83 años. Nadie hubiese creído que ella era elegida como emblema del programa de vacunación a los adultos mayores, por obra de la casualidad.

Pero este es el lado anecdótico de la noticia. Del hecho fallido se derivan tres grandes interrogantes sobre los criterios de elección de ciudadanos para la vacunación.

Primera. ¿Fue un disparo al aire del funcionario o la oferta a Butters más bien parte de su plan sistemático de acercamiento a los medios? Alania, no es un improvisado (como otros directores generales) y tiene vasta experiencia política. Peor aún, en lugar de aceptar el error ha atribuido el incidente a un malentendido.

Segunda. ¿A cuantos periodistas más se les ha hecho un ofrecimiento similar y cuántos han aceptado la oferta? Cuando todos esperábamos que se ofrezca una clara explicación a la opinión pública de lo realmente ocurrido, el ministerio ha seguido la política general del presidente Sagasti: despido de funcionario y desaparecerlo del escenario, para que no hable más.

Tercera. Alania ha intentado justificar su ofrecimiento informando que, como parte del inicio de la campaña de vacunación de los adultos mayores, el Ministerio tiene planeado vacunar a un grupo de entre 12 a 15 personalidades mayores de 80 años de edad. Faltaría saber, ¿quiénes son y bajo qué condiciones participan ellos de ese programa?

Para Alania, el único culpable del desaguisado es Butters, así haya dejado a su madre sin vacunarse. Para quienes seguimos el curso de las noticias, en cambio, Alania parece ser solo el hilo de una nueva madeja de la corrupción vizcarrista que puede tener su final en los medios de comunicación.

En privado, más de un funcionario defenestrado del Ministerio de Salud por el vacunagate ha soltado varios nombres de conductores televisivos presuntamente ya vacunados.

Por ello, ha hecho muy bien Butters en denunciar el hecho. Y, nada mal haría el ministro Óscar Ugarte en resguardo de su trayectoria íntegra en salir a aclarar si existen más comunicadores o sus madres secretamente beneficiados con la vacuna.