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Seraj Ayad Abed al-A’al, de 8 años de edad, jugaba inocentemente cuando un misil israelí destruyó su vivienda en la franja de Gaza el martes pasado, horas después fallecería. Su nombre es solo uno de los 21 niños asesinados en estos tres últimos días de brutales bombardeos del ejército de Israel contra la población civil de esa zona palestina, según reporte del Washington Post.

La tragedia de Palestina es ser vecina de Israel. Un Estado que, desde su fundación y bajo la inspiración del fanatismo sionista, arrebató territorios palestinos y no ha parado de expandirse, multiplicando las «colonias» judías en las zonas ocupadas. El asesinato de estos niños no es historia nueva, pues cada año hay 500 menores de edad detenidos en prisiones y juzgados por tribunales militares, por el delito de amar a su patria.

Precisamente, la semana pasada los ultraconservadores religiosos organizaron provocaciones en el lado musulmán de Jerusalén, que sueñan con ocupar. La población palestina resistió en la explanada de las Mezquitas y fue duramente reprimida por la policía israelí, dejando cientos de heridos. De esta circunstancia aprovecho el grupo armado Hamás para justificar el lanzamiento de misiles contra Jerusalén. Pero, con ese pretexto, la reacción de los israelíes fue realizar 130 bombardeos con aviones de combate y helicópteros no contra objetivos militares sino contra indefensos edificios civiles de la franja de Gaza, como se comprueba con la relación de las víctimas.

Los palestinos tienen ganado un lugar en el corazón de los peruanos Según un enjundioso estudio de Leyla Bartet, llegaron a Lima y al sur, con pasaportes turcos, desde fines del siglo XIX y se integraron hasta hacerse parte de la sociedad nacional. Son muy pocos los pobladores de Lima o Arequipa que no hayan tenido un compañero «camello» en el colegio, que se hizo peruano sin dejar de dar testimonio de la heroica resistencia Palestina.

Por eso y por justicia histórica, repulsa que, con los mismos métodos que utilizo el ejército nazi para asesinar a millones de judíos, el gobierno sionista continúe su política de despojo territorial y de exterminio humano contra Palestina, mereciendo el rechazo del mundo entero, aunque la ONU no haga nada para detener la barbarie.

¿Y nuestra Cancillería? Bien, gracias.