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El 15 de noviembre de 1988, el Consejo Nacional de Palestina, el cuerpo legislativo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP),emitió la Declaración de Independencia. El anuncio fue hecho desde Argelia por Yasser Arafat, a la vez que proclamaba que Jerusalén es la capital eterna de Palestina.

Han pasado más de tres décadas desde ese momento, y la patria sigue siendo un sueño por responsabilidad del sionismo israelí y la actitud cómplice de las principales potencias mundiales encabezadas por los Estados Unidos. A pesar de ello, 139 países en el mundo reconocen a Palestina como un Estado soberano.

Hoy, Palestina continúa bajo la ocupación militar y el asedio expansionista permanente de Israel, que se inició en 1948 cuando Israel declaró su independencia contra el gobierno de Palestina, lo que provocó que los países árabes, incluidos Egipto, Siria, Líbano y Jordania, emprendieran la guerra árabe-israelí. Después de ganar la guerra, Israel invadió y ocupó Jerusalén occidental. Diecinueve años más tarde, Israel invadió Jerusalén Oriental, Cisjordania y la Franja de Gaza. Hoy ocupa alrededor del 85% del histórico territorio palestino.

Ante la impotencia del mundo, la ocupación es cosa de todos los días. En Cisjordania viven actualmente alrededor de 500.000 colonos judíos, en unos 250 asentamientos ilegales y cada día se realiza la construcción de nuevos asentamientos. Desde 2006 hay un bloqueo aéreo, terrestre y marítimo en la Franja de Gaza, lo que ha desencadenado una de las peores crisis humanitarias del mundo.

Pero, ni siquiera la más moderna tecnología militar (como los bombardeos teledirigidos) y las técnicas de represión individual que llegan a la tortura más vil, han podido arrancar de los corazones el sentimiento patrio de los palestinos. Desde niños, crecen sabiendo que ese territorio les pertenece y, por eso, no temen arriesgar la vida junto a sus padres para que el invasor lo sienta así. La patria es un sueño hermoso que les da fuerza para resistir. No en vano, la Declaración de independencia palestina fue escrita por un poeta, Mahmoud Darwish.

Por ello, pueden caer las bombas asesinas, pueden las cárceles israelís llenarse de presos políticos, puede gastarse todo el dinero del mundo en propaganda sionista, pero cada 15 de noviembre seguirá ondeando en la tierra palestina, la bandera verde, blanca, roja y negra que es el símbolo de la independencia y de la libertad.