Machu Picchu y el camino hacia la modernización sostenible

Machu Picchu está tomando un nuevo protagonismo. Si bien nuestra maravilla ha acaparado la mirada de todo el mundo desde hace décadas, la llegada de la pandemia marcó un antes y un después en el sector turismo.

Así, en 2019 el Santuario registró 1′585,262 visitantes; en 2020 (año de la pandemia) llegaron 269,576; en 2021, se totalizaron 461,120 turistas; en 2022, 1′038,584 visitas, cifra que descendió a 955,741 en 2023, según el Reporte Regional de Turismo del Mincetur.

Pese a los conflictos sociales que sacudieron a la región y al país, Machu Picchu mantiene un alto nivel de satisfacción de los locales y turistas. En ese contexto, el Ministerio de Cultura, junto con otros actores, viene incorporando una serie de propuestas para la conservación y protección de la llaqta.

REGLAMENTO

En 2017 se aprobó el Reglamento de Uso Turístico Sostenible para la Conservación de la Ciudad Inca de Machu Picchu. Este documento tiene como objetivo “regular el uso turístico sostenible de la ciudad inca para asegurar su conservación y protección, en beneficio de la presente y futuras generaciones”.

De acuerdo con el Estudio de Capacidad de Carga y Límites de Cambio Aceptable del Santuario Histórico de Machu Picchu, “la congestión turística en ciertos puntos excede la capacidad de carga en tales lugares y ha demandado un sobreesfuerzo en la conservación y, de no tomarse acciones de regulación, podría poner en peligro estos espacios y, por ello, se debe restringir su acceso (para no sobrepasar su capacidad de carga),pues, de lo contrario, se generarían impactos irreversibles en el valor patrimonial y un detrimento de la satisfacción del visitante”, refiere el documento.

Pospandemia, el reglamento tuvo diferentes modificaciones, como, por ejemplo, la reducción de la capacidad de aforo, la limitación del número de visitantes por grupo, los precios de las entradas, los horarios de ingreso, el tiempo de tolerancia, entre otros detalles.

Recientemente, el Ministerio de Cultura publicó el proyecto del Reglamento de Uso Turístico, una actualización necesaria para la temporada alta que va del 1 de junio al 15 de octubre. Este ha permitido recoger también comentarios, observaciones y/o sugerencias por parte de gremios afines que operan en el Cusco.

Elena González, presidenta de la asociación de agencias de turismo del Cusco, sostuvo que esta nueva propuesta responde a las necesidades y demandas de quienes visitan la ciudadela. “Hay visitantes que, de pronto, quieren visitar dos o tres horas Machu Picchu y hacer el recorrido completo. También hay gente que solo quiere entrar, hacerse la foto en la zona panorámica y retornar. Entonces, lo que está haciendo este nuevo reglamento es acoger estas necesidades, para no obligar a los turistas tener que hacer todo el recorrido si no es de su interés”, agregó.

MEJORAS

En suma, se busca ordenar y sincerar el tipo de visita a Machu Picchu. Se hará incidencia en que la duración de la visita no debe exceder las dos horas y media. Los visitantes estarán obligados a ingresar con un guía turístico, quien será responsable del comportamiento de los turistas.

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Parte de esta reingeniería va de la mano con la nueva plataforma virtual de venta de boletos y con la designación del nuevo jefe del Parque Arqueológico Nacional de Machu Picchu, el arqueólogo Régulo Gilberto Franco Jordán, un destacado investigador, responsable del hallazgo de la Señora de Cao, en La Libertad, en 2006.

“Tener este cargo es un gran reto profesional para mí, como arqueólogo y como cusqueño. El objetivo final es no tener la congestión de la gente como años anteriores por el tema de la capacidad de carga. Hubo desgaste de los peldaños de piedra y hubo un impacto en la conservación del monumento. Estamos socializando el reglamento con los gremios de turismo para que conozcan el nuevo manejo de los circuitos que hemos establecido”, explicó Franco a este diario.

Carlos González, vocero de los gremios de turismo de esa región, demandó que el debate del reglamento esté al margen de personajes políticos y sea visto a nivel técnico.

“La discusión con respecto al reglamento tiene que manejarse bajo niveles técnicos. Lamentablemente, como estamos entrando a un período electoral, hay voces que están tratando de politizar el tema, meter en la conversación supuestos temas de licencia social, reivindicaciones locales, cosas que no vienen al caso en absoluto porque estamos hablando de la gestión turística, cultural y medioambiental de un bien del Estado”, sostuvo.

Este reglamento irá cambiando cada cierto tiempo y quizás para el próximo año tenga nuevos ajustes, pero todo vinculado a la conservación del sitio.

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