En el primer trimestre del año, el empleo en Lima Metropolitana creció 4.6% respecto del año pasado, registrando 5.36 millones de puestos de trabajo, según las últimas cifras del INEI. Al respecto, el Instituto Peruano de Economía (IPE),señaló que el avance fue impulsado principalmente por el aumento del empleo adecuado.
Así, por primera vez en cuatro años, el empleo adecuado superó sus niveles prepandemia. El número de trabajadores adecuadamente empleados fue 3.1% mayor que en 2019, equivalente a 94 mil empleos más.
No obstante, el subempleo también creció en este periodo en 4.2%. Con ello, el número de subempleados en Lima Metropolitana, es decir aquellos que trabajan menos de 35 horas a la semana o perciben ingresos menores a una canasta mínima, se ubicó 24.6% por encima de 2019, lo que equivale a 436 mil trabajadores más.
El menor ritmo de crecimiento del subempleo respondió a la caída de 1% en el número de subempleados por horas, acumulando casi cuatro trimestres consecutivos a la baja.
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Por su lado, el subempleo por ingresos aumentó 5.7%, y continúa casi 53% por encima de los niveles de 2019. En consecuencia, el número de limeños con salarios menores a una canasta mínima de alrededor de S/1,200 aumentó en 436 mil respecto a la prepandemia.
Según sectores, el crecimiento del empleo total en la capital durante el primer trimestre del 2024 se concentró en actividades de comercio y servicios. En contraste, el empleo en el sector construcción presentó una caída de 7.7%, mientras que manufactura retrocedió 1.8%.
Respecto a los salarios, se observó una leve recuperación ante la mejora de la calidad del empleo en la capital. El ingreso de un trabajador limeño promedio ascendió a S/1,979 mensuales entre enero y marzo de 2024. Si bien este monto superó, en términos reales, al del año pasado en 4.3%, se ubica aún 7.2% por debajo de su nivel prepandemia.
Esto significa que la capacidad adquisitiva de los trabajadores de la capital se ha reducido en S/153 mensuales en comparación con el periodo antes de la crisis sanitaria.
En ese sentido, los niveles aún altos del subempleo por ingresos, así como la reducción de la capacidad adquisitiva de los trabajadores, ponen énfasis en la urgencia de impulsar la economía mediante la inversión privada, que permita generar más empleo adecuado y mejores ingresos.
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