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Era normalmente alta, de las más altas de su clase en el colegio. La veían mayor de lo que era. Pero aún pisaba la adolescencia. Muy tímida, niña de conducta y carácter, introvertida, pegada a sus padres. “Mis amigos de colegio me dicen ahora: ‘¿Cómo podías salir en televisión, en el colegio no hablabas nada?’”, lo recuerda y sonríe con prudencia.

Participó en todo lo que sea posible para vencer la timidez. ¿En qué momento la venció? Tal vez cuando asumió las riendas de su casa, luego del deceso de su padre, mientras estudiaba Historia del Arte en Italia. Tuvo que volver y, de pronto, ya estaba en la televisión, venciendo la timidez, o a ella misma.

Ingrid Yrivarren es empresaria; directora de la organización Viva en el Mundo, promueve lo que llama la diplomacia privada; periodista, llegó a las pantallas en EE.UU. y México; como reina de belleza fue Miss Perú y Miss Perú Mundo; y es autora de tres libros. El más reciente es Tengo el orgullo. Cien historias extraordinarias de peruanos que hacen patria (Planeta).

“Mi querido Perú, la tierra de mis olores y mis sabores”, me dice sobre su visita al país donde nació. Su voz aún suena tímida, por momentos parece que se va a quebrar, entre dulce y fina.

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¿Cuáles son esos olores y sabores?

Los sabores son mi nostalgia de chica. Probablemente, los sánguches triples, mis zambitos de lúcuma, un buen cebiche, los alfajores, un Sublime. Y los olores siempre son los del mar, porque nadé desde chica y tenía entrenamiento todos los días.

Por cierto, el orgullo hacia el Perú no se reduce a la gastronomía y lo demuestras en el libro.

Claro, este libro está hecho justamente para resaltar y dar a conocer nuestros orgullos. Como dice Flaubert, escribir es una forma de vivir; y escribir sobre nuestras raíces, sobre los personajes que envuelven nuestra vida cotidiana o que, de alguna manera, envuelven mi vida, ha sido un camino para enamorarme más de lo nuestro.

¿Es cierto que uno se enamora más del Perú cuando se está fuera del país?

Sí y no. Físicamente, probablemente paso más tiempo fuera del Perú porque vivo en México, pero mi día a día siempre está conectado con el Perú. Mi corazón y mis emociones no se han ido nunca del Perú. Las noticias me emocionan y los problemas me generan impotencia.

En el libro dices que el Perú es un deber.

Los peruanos que somos afortunados, que hemos tenido derecho a la educación, que podemos hacer lo que nos gusta, cómo no tener un deber y un compromiso de retribuir todo eso. La vida es un bumerán. Por eso trato de hacer cosas positivas y mi mirada es normalmente positiva. Por mi formación en periodismo, vivo muy aterrizada en la realidad; pero por el lado de la Historia del Arte, trato de buscar la belleza.

Pero hoy existe, al menos en Lima, un ánimo mayoritario por dejar el país y vivir en el extranjero.

Hay que limpiar el camino para las nuevas generaciones, para que justamente no pase esto, para que los jóvenes no se vayan. Sin lugar a dudas, si no ves oportunidades en tu país, tienes que pensar en migrar. Pero justamente en este libro podemos ver muchísimas historias de personajes que pudieron migrar y, sin embargo, apostaron por el Perú.

El libro.
El libro.

¿Qué decirle a las nuevas generaciones?

No soy nadie para decir algo así, pero humildemente podría decirles que confíen en su país, que busquen esa oportunidad. Cuando hay disciplina, constancia, dedicación la vida te da sorpresas. La vida es una suma de buenos y malos momentos.

¿Qué provoca un quiebre positivo en tu relación con el Perú?

Siempre me he sentido orgullosa de ser peruana, incluso cuando trabajé para un canal americano, USA Networks, conduciendo el programa Cinemanía, que lo grabé en Los Ángeles; viajé todos los fines de semana por cuatro años, sin parar, Lima-Los Ángeles-Lima, y de lunes a viernes hacía el noticiero del 9, el de la noche.

¡Qué locura!

Sí (sonríe). Y además, tenía giras promocionales del programa; entonces, iba a Buenos Aires, a Santiago de Chile, Bogotá, Ciudad de México, ciudades de Centroamérica, Nueva York, Miami, porque además tenía un contrato para ser imagen del canal, donde los dueños eran los de Universal Studios. Y tenía que ir al Oscar, al Globo de Oro, a todos los festivales y premios de cine. Era muy agotador, pero aprendí muchísimo. En uno de estos tantos viajes, me conocen en Televisa y me proponen conducir las Olimpiadas de Sidney 2000. Acepté. Estuvimos un mes en Australia con todas las producciones de Televisa. Estaba Eugenio Derbez, deportes, noticieros. Y ahí pude desarrollar mi lado de productora, conductora y periodista a la vez. Los que conducíamos el programa teníamos la obligación de cubrir algo y en mi caso, yo tenía que hacer turismo. Me iba con mi camarógrafo y mi camioneta manejando para grabar. Al regreso, la mayoría dejaba su material y decían “nos vemos al día siguiente”. Yo me sentaba con el editor a escoger los temas; entonces, salía a las 6 de la mañana para dormir tres horas y volver al estudio para conducir el programa. Mi cartera estaba llena de barras de granola, porque no tenía tiempo para tomar desayuno o cenar rico. Yo decía “no, he venido a trabajar y voy a sacar mi resultado lo mejor posible”. Y los de Televisa me empezaron a llamar. Pero yo decía que no, que del Perú no me iba. Insistieron por largos meses y años, hasta que dije: “Bueno, voy a probar tres meses”. Se convirtieron en seis, nueve y, finalmente, estuve en Televisa dos a tres años. Ya luego dejé el canal y empecé a conducir un programa propio, y me fui quedando. De eso han pasado 18 a 19 años.

Y ahora este libro corona ese esfuerzo.

Estoy muy contenta… Este es mi tercer libro. El primero fue Paraísos del saber, las 50 bibliotecas emblemáticas del Perú. Luego vino Gastronomías milenarias. Perú-México. El primero fue con el prólogo de Mario Vargas Llosa y el segundo con el prólogo de Enrique Krauze. Y ahora tengo el orgullo de tener el prólogo de Santiago Roncagliolo…, él está muy molesto con el Perú (risas).

Divertido prólogo… ¿Qué te molesta del Perú?

Las diferencias sociales. Los niveles de educación y salud tan precarios. Más que molestarme, me duele.

¿Qué te reconcilia con el Perú?

Cuando veo historias de éxito como las que están en el libro. Cuando veo a nuestros deportistas traer medallas, cuando tenemos los mejores restaurantes del mundo, tener un Mario Vargas Llosa… Todo eso me emociona y genera orgullo.

¿Qué es el Perú?

El Perú es mi gran amor. Mi motivación. Por donde voy, lo que trato es que sepan que siempre llevo al Perú en mis entrañas. Y cuando salí, me comprometí a seguir presumiendo de mi procedencia.

AUTOFICHA:

-“Soy Ingrid Mariella Yrivarren Paz, tengo los años que aparento (risas). Nací en Lima. Estudié Ciencias de la Comunicación, hice una segunda carrera en México: Historia del Arte, y un MBA en Administración de Negocios, en España”.

-“He estudiado Literatura y Filosofía en México. Ahora estoy con toda la promoción del libro, el próximo año empezaré nuevos proyectos con Viva Perú, con Viva México. Hago la labor de mamá, tengo mellizas de tres años y medio”.

-“Les dedico el espacio y el tiempo que mis hijas merecen. Y también hago labor de esposa (sonríe). Antes los tiempos eran míos, ahora son tiempos que tengo que compartir y repartir. Soy muy curiosa, siempre estoy creando e ideando”.

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