Por Marco Loret de Mola
El verano de 2020 llegó con una preocupante noticia: El 12 de diciembre del año anterior, en la ciudad de Wuhan, en la China, había aparecido una enfermedad que era causada por un virus llamado COVID-19. Se decía que esta enfermedad era muy contagiosa y podía causar serias consecuencias entre las personas que la contrajeran, incluyendo la muerte.
La vida moderna que nos permite volar de un país a otro y cruzar continentes en solo horas, hizo que el COVID-19 se propagara por el mundo con gran velocidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS),viendo las consecuencias que ya estaba causando, declaró el estado de pandemia el 11 de marzo. El COVID-19 no había tardado en llegar al Perú y el 6 de marzo de ese año ya se había reportado nuestro primer caso de COVID-19 y menos de dos semanas después, el 19 de marzo, con solo 234 casos reportados en todo el territorio patrio, ocurrió el primer fallecimiento; pero ya el 15 de marzo de 2020 se había establecido la cuarentena obligatoria y estado de emergencia en todo el país.
El 14 de marzo fue nuestro último día de trabajo presencial en nuestro laboratorio matemático MATLAB así como en infinidad de lugares en todo nuestro país.
Ante el desconocimiento general de como hacer frente al COVID-19 sumado al temor de sentirnos indefensos y desprotegidos ante esta pandemia que empezaba a llevarse vidas, surgió la idea en esa reunión del 14 de marzo de 2020 de hacer videos que, empleando las matemáticas, orientaran a quienes los vieran a conocer el desarrollo de la enfermedad y estar mejor preparados. Ese mismo día nos pusimos manos a la obra y emitimos el primer video sobre el COVID-19.
Ese primer video tuvo una respuesta muy positiva y se viralizó en las redes en forma masiva, lo que nos incentivó a seguir sacando nuevos videos. Así, pronto estábamos invirtiendo muchas horas diarias en la obtención de datos, investigación del curso de la enfermedad en el Perú y el mundo, verificación de la exactitud de los datos que brindaban las autoridades, actualización de la pizarra en la que graficábamos los datos y cifras, y en la creación y publicación de cada video.
Nos pusimos dos simples reglas para los videos. Primera: mantener el optimismo a pesar de las enormes carencias, errores y fallas de toda índole de nuestro sistema de salud y de los encargados de su dirección. Segunda: decir siempre la verdad de la situación a través del simple análisis matemático y estadístico asegurando que fuera lo más entendible por toda la población.
Nos convertimos en la fuente de información confiable que traducía la data que proporcionaba el Ministerio de Salud todos los días.
El 7 de febrero de 2021, casi un año después de haberse detectado el primer caso de COVID-19, llegó el primer lote de vacunas y dos días después se inició la vacunación de la población. A partir de ese día, empezamos a ver que el túnel en que nos hallábamos parecía que tendría un final.
Cuando el 14 de febrero de 2022 hicimos nuestro último video sobre el COVID-19, medimos el esfuerzo que habíamos desplegado: Habíamos producido 674 videos empleando para ello aproximadamente 2,700 horas de trabajo. Los diferentes medios de comunicación, prensa, radio y televisión, nos habían entrevistado 366 veces. Todo ese trabajo lo habíamos desarrollado ad honorem, pero con un enorme sentimiento de gratitud al ver que la población apreciaba y valoraba el esfuerzo.
El COVID-19 nos demostró lo mal preparados que estábamos como Nación y como Gobierno para enfrentar una pandemia de esta magnitud y es por ello que más de 210,000 peruanos perdieron la vida.
Paralelamente, en MATLAB pudimos comprobar que al decir la verdad en forma sencilla y sin pesimismo, nuestra credibilidad creció exponencialmente y eso fue lo que nos permitió ayudar al esfuerzo de salvar vidas que heroicamente desplegaron nuestros médicos y personal de salud, nuestras fuerzas armadas y policiales y todas las personas que nos ayudaron en estos tiempos tan difíciles a pesar de no contar con los medios para hacerlo y con el enorme costo de sus propias vidas con que muchas veces pagaron su esfuerzo.
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