ACTUALIZACIÓN

Estados Unidos registró 1.635 muertes por coronavirus en las últimas 24 horas, según un recuento de la Universidad Johns Hopkins. Esos nuevos fallecimientos elevan a más de 77.000 el número de muertos por la epidemia de Covid-19 en Estados Unidos.

El país tiene más de 1,28 millones de casos diagnosticados.

Los balances diarios en Estados Unidos no han caído por debajo de los 1.000 fallecidos desde principios de abril.

NOTA ORIGINAL

La cantidad de muertos en Estados Unidos, que registró su primer deceso vinculado al COVID-19 a principios de febrero, asciende a 75.670. El país registró 1.256.972 contagios. Las autoridades consideran que 195.036 personas sanaron.

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Después de Estados Unidos, los países más afectados son Reino Unido con 30.615 muertos y 206.715 casos, Italia con 29.958 muertos (215.858 casos),España con 26.299 muertos (222.857 casos),y Francia con 25.987 muertos (174.791 casos).

Estados Unidos podría cooperar con la OMS a pesar de polémica sobre coronavirus

El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, se mostró abierto el jueves a la participación de su país en los esfuerzos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) contra la poliomielitis y otras enfermedades, a pesar de congelar sus fondos por accionar ante la pandemia del nuevo coronavirus.

El 14 de abril, el presidente estadounidense Donald Trump dijo que cortaría el dinero que Estados Unidos destina al organismo de la ONU, al que acusó de actuar demasiado tarde en la pandemia del SARS-CoV-2 y de aceptar sin cuestionamientos la versión de China, país en el que se detectó por primera vez el coronavirus.

En dos entrevistas este jueves, Mike Pompeo dijo que la administración Trump reconoce que la OMS trabaja en una amplia gama de temas.

“Estamos tratando de descubrir ¿hay partes que todavía tienen sentido? Se ha hecho un buen trabajo en algunos lugares sobre la poliomielitis y similares”, dijo Mike Pompeo al ser entrevistado por el presentador de radio conservador Chris Stigall.

“Veamos si hay una parte de esto en la que debamos seguir participando porque está haciendo un buen trabajo con la polio o lo que sea”, soltó Pompeo durante otra entrevista con el presentador Jack Heath.

Estados Unidos ha sido el principal donante de la OMS contribuyendo con más de 400 millones de dólares al año.

Incluso antes de los recortes de Trump a la OMS, trabajadores de la salud alertaron que la pandemia de coronavirus hará retroceder los esfuerzos para frenar otras enfermedades.

Michel Zaffran, líder del programa de la OMS para erradicar la poliomielitis, dijo a la AFP el mes pasado que la enfermedad podría avanzar nuevamente, ante la suspensión de la vacunación en medio de la pandemia.

La versión más grave de la enfermedad solo permanece vigente en Pakistán y Afganistán.

Los críticos dicen que Trump destaca los errores de la OMS para desviar la culpa del manejo de su administración ante la COVID-19, que ha matado a casi 75.000 personas en Estados Unidos, la cifra más alta de muertes por país.

Estados Unidos alerta sobre “fiestas COVID-19” para contraer el virus adrede

Las autoridades del estado estadounidense de Washington alertaron este miércoles sobre unas supuestas “fiestas COVID-19” en la que los asistentes buscan contraer el virus intencionalmente para hacerse inmunes.

"Reunirse en grupos en medio de esta pandemia puede ser increíblemente peligroso y pone a la gente en un mayor riesgo de hospitalización e incluso de muerte", advirtió John Wiesman, secretario de salud del estado.

“Se desconoce aún si las personas que se recuperan de la COVID-19 quedan inmunes a largo plazo”, añadió. “Todavía hay mucho que no sabemos sobre este virus, incluyendo cualquier problema de salud a largo plazo que pueda dejar la infección”, según informa AFP.

Los comentarios de Wiesman llegaron después de que funcionarios del condado de Walla Walla, 420 km al sudeste de Seattle, informaran que algunos de los casi 100 casos en la región parecen haberse contagiado en estas fiestas, cuyo objetivo es reunir a personas con el virus con otras no infectadas que quieren contagiarse para enfermarse de una vez.

"Este tipo de comportamiento innecesario puede crear un aumento evitable en los casos y ralentizar aún más la capacidad de nuestro estado para reabrirse gradualmente", dijo Wiesman.

Hasta el miércoles, se reportaron 94 casos de coronavirus en el condado de Walla Walla con una muerte.

"No sabemos cuando se está realizando, nos enteramos después que tuvimos casos", indicó a un diario local Meghan DeBolt, directora de Salud de ese condado. "Preguntamos sobre los contactos y 25 personas nos dicen 'estábamos en una fiesta COVID'".

Tachó tal comportamiento de irresponsable e instó a los residentes a seguir las medidas adecuadas de distanciamiento físico y social para prevenir la transmisión.

"Necesitamos usar el sentido común y ser inteligentes a medida que avanzamos en esta pandemia", dijo en un comunicado. "Las fiestas COVID-19 no son parte de la solución".

Hasta ahora se ha reportado solo otra reunión de este tipo en Estados Unidos, en marzo en Kentucky, que dejó una persona infectada.

¿CÓMO LAVARSE LAS MANOS CORRECTAMENTE?
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El miedo aleja a los indocumentados con coronavirus de los hospitales en Estados Unidos

Tienen miedo de ser detenidos y deportados, de recibir una exorbitante factura que no pueden pagar o de convertirse en una “carga pública” para el Estado que les impida legalizar su estatus migratorio en el futuro.

Por estas razones, muchos inmigrantes indocumentados en Estados Unidos se niegan a ir al hospital hasta último momento.

El exesposo de Victoria, una niñera de Brooklyn que perdió su empleo hace dos meses, contrajo COVID-19 y falleció hace una semana. Tenía 69 años.

Tenía problemas renales y diabetes. Vivía en Nueva Jersey con otros 12 inmigrantes y todos se contagiaron, contó a la AFP esta mexicana que pidió ocultar su apellido.

“Estaba muy malo pero él no quería ir al hospital. Luego de dos semanas, cuando ya no podía ni caminar ni respirar, mi hija se arriesgó, lo metió en el carro y lo llevó. Murió tres semanas después”, relató.

En Nueva York, epicentro de la pandemia en Estados Unidos y donde han muerto casi 20.000 personas, los latinos y los afrodescendientes son las mayores víctimas del virus, con tasas de mortalidad que casi duplican las de la población blanca.

Para los 11 millones de hispanos indocumentados en el país la situación es especialmente dura. Muchos son trabajadores esenciales y están más expuestos al contagio. Solo el 16% puede trabajar desde casa, según el departamento de Trabajo.

Tienen además un alto porcentaje de enfermedades crónicas sin atender como asma, diabetes e hipertensión, y a veces viven hacinados en pequeños apartamentos, lo cual también explica su mayor mortalidad.

No tienen seguro médico, muchos no hablan inglés y tienen un bajo nivel educativo, lo cual les dificulta obtener información.

Tampoco reciben seguro de desempleo o el bono de 1.200 dólares que el gobierno federal aprobó para paliar la crisis, aunque paguen impuestos y vivan hace décadas aquí.

Algunos estados intentan ayudarlos: California otorgará a 150.000 indocumentados un pago único de 500 dólares, y Nueva York -gracias a una donación de la fundación Open Society de George Soros- pagará 400 dólares a otros 20.000. Pero esto no alcanza para los más de 2,5 millones de indocumentados de ambos estados.

“Mi comunidad no tiene el lujo de escapar a una segunda casa en el balneario de los Hamptons. Tiene que quedarse y trabajar”, dijo a la AFP el concejal de Queens Francisco Moya, que representa los barrios más golpeados por la pandemia en Nueva York: Jackson Heights, Corona y Elmhurst.

"Tienen miedo de ir al hospital por las políticas antinmigración implementadas por el gobierno de Trump desde el primer día", explicó.

Aunque la policía migratoria (ICE) asegura que no está haciendo arrestos en hospitales salvo excepciones, "definitivamente existe ese miedo", dijo a la AFP Jae Young Kim, de la asociación Legal Services, que otorga asesoría legal gratuita a inmigrantes en el Bronx.

Kim explicó que los clientes están preocupados específicamente por la nueva política de "carga pública" de Trump, que les niega permisos de trabajo si acceden a recursos públicos como atención médica de emergencia a través del seguro Medicaid.

Pero para el coronavirus la regla prevé una excepción, aunque muchos inmigrantes no lo saben o no confían en el gobierno.

MITOS DEL COVID-19
MITOS DEL COVID-19

Trump da negativo por coronavirus tras el contagio de un asistente personal

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a dar negativo en el test de coronavirus después de que uno de sus asistentes personales que trabajan con él diese positivo, informó este jueves la Casa Blanca.

“Fuimos recientemente notificados por la Unidad Médica de la Casa Blanca de que un miembro de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, que trabaja en la Casa Blanca, dio positivo por coronavirus”, indicó Hogan Gidley, portavoz presidencial adjunto en un comunicado.

"Desde entonces, el presidente y el vicepresidente (Mike Pence) han vuelto a ser sometidos al test y han dado negativo, y ambos se mantienen con buena salud", agregó Gidley.

La información fue revelada en un primer momento por la cadena CNN, quien apuntó que el positivo fue notificado al mandatario este miércoles.

Los asistentes personales forman parte de unidades militares de élite destinadas a la Casa Blanca y a menudo trabajan de cerca tanto con el presidente como con la primera dama.

No se trata del primer caso en la residencia oficial, ya que en marzo uno de los asesores del vicepresidente Pence dio positivo por COVID-19.

Tanto Donald Trump como Pence son sometidos a exámenes del coronavirus semanalmente, así como a los funcionarios que interactúan diariamente con ellos.

Estados Unidos alcanzó este miércoles la cifra de 1.227.430 casos confirmados de COVID-19 y la de 73.095 fallecidos, de acuerdo al recuento independiente de la Universidad John Hopkins.

El balance provisional de fallecidos -73.095- sigue por debajo de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes; pero ha superado ya los cálculos más optimistas que hizo “a posteriori” el presidente Donald Trump de entre 50.000 y 60.000 fallecidos.

Este domingo el presidente reconoció que el total estará cerca de los 100.000, al mismo que tiempo defendió la decisión, ya puesta en marcha por múltiples estados, de eliminar gradualmente las medidas de confinamiento, aunque admitió que provocará algunas muertes.

A comienzos de semana, sin embargo, uno de los modelos de predicción de la evolución de la pandemia, el del Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en el que se fija a menudo la Casa Blanca, actualizó sus cálculos para pronosticar que para comienzos de agosto la crisis habrá dejado más de 134.000 muertes en Estados Unidos.

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