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Cada hora una mujer es reportada como desaparecida en el Perú, siendo la mayoría de ellas aún niñas y adolescentes. Pese a la pandemia por coronavirus, las denuncias por desaparición no han cesado y, según cifras de la Defensoría del Pueblo, solo durante la cuarentena obligatoria, de marzo a junio, más de 900 mujeres, adolescentes y niñas no regresaron a casa.

El 15 de octubre el presidente Martín Vizcarra anunció el lanzamiento del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, plataforma que permite la atención de denuncias y acciones de difusión, investigación, búsqueda y ubicación de personas no habidas. Aunque la medida resultó un gran avance y un rayo de esperanza para los familiares de las víctimas, para Katherine Soto, fundadora de Mujeres Desaparecidas Perú, la medida aún no es suficiente.

“Hay serias deficiencias que tienen que ser trabajadas para que hablemos, realmente, de una búsqueda nacional. Por ejemplo, el registro y la información que se da a través de la página no cuenta con algunas variables que permita analizar aún más la problemática. Nos hace falta que se segregue por género, nacionalidad y por edad”, acotó en una conferencia virtual.

Registro incompleto

Además, Soto mencionó que la difusión de los casos no es tan efectiva como se prometió desde un inicio. “Tenemos el caso de la señora Dominga Román, quien desapareció en enero de este año, y su fotografía aún no ha sido subida al portal. No solo es su caso, sino que son cientas de familias que ven la ausencia de datos”, detalló.

Asimismo, Norma Rivera, madre deShirley Villanueva Rivera, una joven ingeniera geográfica de 24 años quien desapareció en marzo del 2017, relató que la fotografía de su progenitora aún no se encuentra en el portal web. “Mi hija no está considerada allí porque eso es a partir del 2018 para adelante. (...) Sigo buscando a mi hija porque el Estado no lo hace”, señaló.

Los problemas con las denuncias

Por otro lado, la directora del Centro de la Mujer Peruana (CMP) Flora Tristán, Liz Meléndez, explicó que denunciar una desaparición y una posterior investigación por parte de la Policía Nacional del Perú no es tan sencillo como parece. “Lo que hemos encontrado- y las familias pueden dar fé de ello- es que los estereotipos de género se cuelan durante todo el proceso de investigación y, por supuesto, también en los procesos judiciales”, subrayó.

Estos mismos estereotipos y cuestionamientos llevan, como consecuencia, al retraso de la búsqueda y al posterior miedo de denunciar un caso de desaparición. Según mismo contó para OJO el padre de Solsiret Rodríguez, activista quien desapareció en el 2016, él y su esposa vivieron una experiencia amarga con las autoridades.

“Suboficiales de la Policía de la Dirincri del Callao se burlaron de un Ministro del Interior, haciendo firmar a comandantes, coroneles y hasta el propio Ministro del Interior, indicando que mi hija estaría paseándose por el norte. ¿Hay alguna sanción para eso o los van a ascender de puesto? Póngase en nuestros lugares”, relató el señor Carlos Rodríguez.

¡Búscalas!

Amnistía Internacional, el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán y la organización Mujeres Desaparecidas Perú se unen en una campaña para erradicar esta grave violación de derechos humanos, sensibilizar a la sociedad y a los servidores públicos sobre este problema, y demandar al Ejecutivo la implementación del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y el Portal de Personas Desaparecidas, así como de un protocolo interinstitucional específico de actuación para los casos de mujeres desaparecidas, que garantice una investigación inmediata, con enfoque de género.