Si hay una de las cosas que admiro en la gente peruana es la capacidad de salir adelante de todos los problemas, por fuertes que ellos sean, y esta pandemia es una muestra de ello.
Lunes: Desde que empezó la pandemia tuve que paralizar el transporte de personas, pero sí establecí un servicio delivery con las personas que aún confían en este servidor.
Un cliente que acostumbro transportar sus cajitas de repuestos eléctricos me llama para informarme que ya no podrá contar con mis servicios porque asaltaron su negocio.
Fue un golpe más que económico, emocional, saber que un hombre de negocios tan acostumbrado al trabajo y de cuya empresa dependía la economía de 10 familias, tendría que paralizar sus actividades por culpa de unos delincuentes.
Al escuchar su voz agitada y luego los pormenores de cómo había sucedido el robo me impactó. Estuvo en peligro la vida de su padre por defender las herramientas de su hijo y ello sí no lo hubiera superado porque la vida no tiene precio. La denuncia policial fue asentada y todo siguió su natural proceso.
Al cabo de dos días nuevamente recibo su llamada y me dice: “Carlonchito, necesito que lleves unas cajitas a Barranco, al punto que tú conoces… es mi última entrega que los choros no pudieron encontrar”. Fui, hice el servicio, pero lo noté con mejor semblante lo cual me llenó de alegría.
No me equivoqué, al día siguiente, miércoles, otra vez me llama para decirme que había hablado con su gente para que vuelvan a la cancha.
Felizmente había logrado un préstamo familiar importante lo cual le permitió agenciarse de mercadería para cumplir con sus clientes mientras avanzaba la denuncia policial.
No me quedó más que felicitarlo por esa actitud y que realmente era envidiable el espíritu de resiliencia que poseía. Hasta en broma le dije: “Panchito, por favor, no seas malo, pásame un poco de tu optimismo”. (Risas). Su respuesta que hasta ahora retumba en mi cabeza es esta que la comparto con todos ustedes: NO HAY NADA NI NADIE QUIEN PUEDA TUMBAR TUS PROYECTOS Y ALCANZAR TUS METAS, SOLO LA MUERTE. LOS TIGRES RETROCEDEN UN PASO PARA SALTAR Y AVANZAR DOS.
Palabras que siguen taladrando mi mente y que agradezco me lo haya dicho con ese tono tan enérgico para que quede bien grabada. A partir de ahora me permito copiar este mensaje y transmitírselas a cuantos amigos o clientes pueda. Sirve para toda circunstancia, más aún en tiempo de pandemia donde la salud y economía se ven resquebrajadas al máximo.
Y para variar, a este pechito le sucedió una circunstancia donde esta recomendación de panchito cayó como anillo al dedo. A la hora de redactar esta columna ya está dado por superado el impasse que afectó a mi “negrito” y con mucha más fuerza puedo decir a todos mis lectores… ¡SIGO EN LA VÍA, CARACHO!