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La pandemia por el COVID-19 nos ha permitido conocer historias de valor, esperanza y entrega absoluta, como la de Daniel Tapia Valeriano, un padre de 52 años que sin pensarlo dos veces se sometió a una serie de exámenes para entregar uno de sus riñones a su hijo Antony Tapia Carhuamaca, un joven de 28 años que padecía de una enfermedad renal terminal y requería de un trasplante para salvar su vida.

A dos semanas de aquella operación, Daniel tiene frente a sus ojos el regalo más grande que un padre puede recibir: ver a su hijo con salud, saliendo de alta del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins de EsSalud.

“Fue una etapa dura, pero nunca perdí la esperanza de seguir adelante en mi recuperación y hoy puedo asegurar que Dios me da una segunda oportunidad de vida, voy a retomar mis actividades cotidianas. Mi recuperación se viene desarrollando de forma óptima y espero siga así”, cuenta Antony al momento de abandonar el hospital Rebagliati, donde fue intervenido.

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El doctor Manuel Riveros Aguilar, nefrólogo y coordinador de la Unidad de Trasplante Renal con donante vivo del establecimiento de salud, señaló que el paciente estuvo más de un año en tratamiento de hemodiálisis y un año en lista de espera. “Hoy se encuentra en proceso de recuperación, gracias al exitoso trasplante realizado por el equipo multidisciplinario del hospital Rebagliati, quienes realizamos complejas cirugías con altos estándares de calidad a nivel de los más prestigiosos hospitales en el mundo”, resaltó.

Precisó que la recuperación del paciente ha sido satisfactoria y actualmente se encuentra en condiciones de alta, para luego acudir a sus controles respectivos. Agregó que este procedimiento de alta complejidad dura aproximadamente de tres a cuatro horas, tiempo en que el órgano es implantado junto con sus vasos sanguíneos y el uréter. “Luego de la cirugía, el paciente ya no requerirá de hemodiálisis, teniendo que tomar medicación para evitar el rechazo, todo el tiempo que el riñón esté funcionando, además de mantener un estilo de vida saludable”, explicó.

Cabe señalar que la intervención quirúrgica se realizó el pasado 25 de enero en el hospital Rebagliati y se ejecutó dentro de los nuevos procedimientos en el contexto de la pandemia, se realizaron pruebas para COVID-19, tanto al paciente como al donante y al personal de salud, para evitar la posibilidad de transmisión viral. Además, se garantizó la protección adecuada del equipo de salud a cargo de esta operación y la optimización del recurso humano que participó en este proceso de trasplante renal.

Actualmente, el índice de donación en el Perú es de 2 donantes por millón de población, lo que nos ubica dentro de los países latinoamericanos con menor tasa de donación, existiendo más de 2,500 personas en espera de un trasplante de órgano para vivir. Asimismo, diariamente mueren entre 3 y 4 personas por falta de un donante de corazón, hígado, pulmón, riñón o páncreas.

A pesar del período de alerta sanitaria que vive nuestro país, el seguro social ha logrado realizar 175 trasplantes exitosos al cierre del 2020, en todos sus hospitales. EsSalud continúa trabajando en la búsqueda de alternativas terapéuticas en pacientes con enfermedades terminales que requieren trasplante y en campañas a nivel nacional, que buscan sensibilizar a las familias sobre la importancia de la donación de órganos y tejidos como un acto voluntario, solidario y anónimo que salva vidas.

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