Así como las amas de casa conservan sus “caseros” en los mercados, los que nos dedicamos al sector automotriz tenemos nuestros grifos de confianza y empleados también.
Viernes 10 a.m. Era el momento de agregar combustible a mi “Negrito” ya que nunca me gusta dejarlo con las justas por el eventual peligro de que el motor succione el ollín del tanque, bueno al menos eso me recomendó mi padre.
Como estaba por las inmediaciones de la Av. Elmer Faucett enrumbé al grifo donde me espera mi caserito de siempre. Llegó y como ya conoce al “Negrito” me atiende con mucho esmero.
“Jaimito” es mi casero de años, aún durante la pandemia me siguió atendiendo a pesar de ser una persona de características vulnerables. Tiene una apariencia bonachona, gordito él, cabello cano y con más de 70 calendarios a cuestas. Le dicen “Jaimito” por la apariencia casi idéntica al personaje del cartero de “El Chavo del Ocho”, sí el de Tangamandapio.
Es quizás el más solicitado de todos los empleados del grifo. Con decirles que como mi “Negrito” tiene sistema dual (Gasolina-GLP) en ambos surtidores me atiende. Es muy conmovedor verlo como corre de un lugar a otro y es que pesar de su edad, tiene una vitalidad envidiable.
Ayer, no pude con mi genio, y alcancé a agradecerle por su excelente atención y, a la vez, preguntarle por su vida familiar. Es abuelo de tres nietos que quedaron en la orfandad por la muerte de sus padres. Una larga enfermedad se llevó a su yerno y el covid a su hija. Terrible dolor.
“Jaimito” me contó con alegría que ya estaba vacunado con las dos dosis y sus nietos, que ya son jóvenes se atienden solos en sus estudios comandados por la nieta mujer. “Tengo mi nieta que es una fiera con sus hermanos y los tiene a raya. Ella es un ángel, muy estudiosa y es quien me prepara mis alimentos y cuidad de mi”, cuenta orgulloso. “Jaimito” es quien corre con los gastos de la casa. Cuenta, además una exigua pensión que le obliga a seguir trabajando.
Su historia me conmovió dado que yo también soy abuelo y bien dicen que los abuelos damos todo por nuestros nietos. Ahora que sé que mi “colega” es un hombre chamba por un maravilloso objetivo estoy pensando organizarle una sorpresa para la próxima semana. Quizás lo narre en una columna, así que atentos.
Dios y la Virgen María le prodiguen a “Jaimito” de toda la protección que necesita en esta labor que desarrolla, expuesto a cada minuto a esta terrible pandemia… Sigo en la vía.
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