Super Mensajes

Como vengo diciendo de manera reiterada en esta columna, el Perú se ha convertido en un país de grandes contradicciones, que confunden a la opinión pública y a la comunidad internacional. La clase política sigue haciendo su propio juego, dominados por las ansias de no perder su “poder político”, actuando de espaldas a los intereses del país.

Luego de que el tan cuestionado gabinete Bellido, recibió la confianza del Congreso, algunos parlamentarios vienen pidiendo que se cambien a algunos ministros, sin que hasta el momento se escuchen sus voces en el Poder Ejecutivo.  Mientras tanto, hasta el día de hoy, la ciudadanía continúa exigiendo la renuncia del actual ministro de Trabajo; sin embargo, el Presidente de la República no habría aceptado el cargo a disposición de este cuestionado personaje, quien hasta la fecha permanece en su puesto.

La ciudadanía solicita un gesto democrático y político al presidente de la República que permita lograr el equilibrio nacional, tan necesario para la gobernabilidad y la estabilidad democrática. El poder Ejecutivo no debe exponerse a cuestionamientos; por el contrario, debería estar a la altura de la confianza otorgada por el Congreso de la República y empezar, de una vez por todas, con el tan ansiado y solicitado ajuste a su recién estrenado gabinete ministerial.

Por su parte, el Congreso de la República tiene que actuar con mesura y no entrar al terreno de una política revanchista, como la que practicaron los Congresos anteriores, porque quedó demostrado que esas actitudes no generan buenos resultados, producen el resquebrajamiento de las instituciones, debilitan la gobernabilidad y afectan a la economía nacional.

El Perú exige mesura a sus autoridades. Se requiere un equilibrio político a favor del pueblo, especialmente de los más necesitados y demostrar que la confianza otorgada, no es un cheque en blanco, sino que es un compromiso para trabajar por el bienestar del país.

Finalmente, que no se pierda el equilibrio institucional ni la prudencia política. El Perú no está preparado para una mayor crisis ni para seguir en un juego “político”, que muchas veces responde solo a intereses partidarios o personales. Es momento entonces de que el presidente reevalúe la composición de su gabinete ministerial en favor de la gobernabilidad y de un mejor futuro para el Perú y para todos los peruanos. Hasta la próxima semana.

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