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De enero a setiembre de este año, unas 266 mujeres que se sometieron a abortos clandestinos fueron evacuadas graves al hospital El Carmen de Huancayo, donde los médicos les realizaron legrados. Ellas ya tenían restos en el útero que complicaban su salud.

El ginecólogo del hospital El Carmen, Frany Rojas Palpán,  informó que  las secuelas de un aborto son el sangrado o hemorragias masivas. La perforación uterina desata una grave infección poniendo a las mujeres en riesgo de muerte.

Asimismo, a largo plazo las mujeres pueden sufrir del síndrome de Asherman, que es la formación de tejido cicatricial (cicatrices) en la cavidad uterina, esto les impedirá tener hijos, acotó el médico.

Maternidad frustrada a temprana edad

Finalmente, mencionó que el caso más crítico ocurrió en agosto, cuando una joven de 18 años,  que se practicó un aborto en un consultorio privado llegó muy mal, ya que  le habían perforado el útero, e incluso tenía colgado el tejido intestinal y con restos de un feto de veinte semanas. Ante la gravedad del caso, los galenos optaron por extirparle el útero a la joven.

Para evitar que las mujeres se expongan, los médicos recomiendan que se protejan con algún método anticonceptivo cuando tengan relaciones sexuales.

Una mujer murió en San Martín de Pangoa luego de someterse a un aborto, que es considerado como un delito en nuestra legislación. Su decisión equivocada llevó a la detención de un “galeno”.