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Pese a que las fronteras fueron cerradas como medida sanitaria por la COVID-19, un promedio de 6000 migrantes al mes ingresan al Perú por Tumbes, incluso semanas atrás cuando se hizo la prueba rápida a un gran número de extranjeros ilegales se les detectó que estaban infectados con el coronavirus. Lo que se teme que el nivel de contagio se eleve más en la región fronteriza y colapse el sistema de salud local.


INVASIÓN

A diario varias calles de Tumbes sirven a estas personas foráneas para pernoctar, muchas de ellas no respetan el distanciamiento social obligatorio y no usan adecuadamente los equipos de protección personal.

Diario Correo el domingo por la noche captó a cerca de 50 personas, entre niños, jóvenes y adultos que estaban durmiendo juntos en las veredas de la calle Piura, por el excine teatro, así que otro grupo lo hacía en las bancas del Paseo Los Libertadores, en el centro de la ciudad.

Lo preocupante es que hace un mes la posta de salud de Aguas Verdes no cuenta con pruebas rápidas de descarte de la COVID-19, por lo que ningún extranjero que ingresa a territorio nacional por la línea de frontera procedente del Ecuador no se le puede detectar si es portador de dicha enfermedad.

El gobernador regional de Tumbes, Wilmer Dios Benites, ha denunciado en su momento el ingreso diario de aproximadamente 200 venezolanos pese al cierre de la frontera. La autoridad señaló que esta situación es preocupante, pues un porcentaje de ellos está infectado con COVID-19.

“Nosotros tenemos migrantes todos los días que circulan por la frontera. Son aproximadamente 200 migrantes venezolanos que cruzan nuestra frontera todos los días. Esto sí es una preocupación porque el 25 % de los grupos que caminan están infectados”, indicó Dios.

Sobre el tema, el jefe de la Oficina Defensorial de Tumbes, Abel Chiroque refiere que no pueden ser intervenidos ante la falta de garantías sanitarias principalmente para el personal policial y militar.

Precisó que a fines de diciembre del 2020 dieron cuenta a las autoridades regionales de la falta de casas de aislamiento temporal para los migrantes que resulten positivo a la COVID-19, a ello se suma la falta de pruebas rápidas para detectar el virus.

“Lo preocupante es que debemos priorizar el control sanitario para no exponer a nadie”, precisó.

La otra cara de la moneda, es la intervención a varios ciudadanos venezolanos que, a pesar del toque de queda, desarrollaron fiestas durante el fin de semana, incluso se enfrentaron al personal policial, informó el Frente Policial Tumbes.


UNA COLADERA

Pese a que el Gobierno Central dispuso extremar las medidas de control en toda la línea de frontera con personal del Ejército y de la Policía Nacional, grupos delictivos que operan en la zona se las ingenian para hacer pasar a diario a personas ilegales por los caminos.

A lo largo de los casi 150 kilómetros de frontera que tiene el departamento de Tumbes, solo se ha destinado más personal militar y policial en el distrito de Aguas Verdes, mientras que la vigilancia es casi nula en los distritos rurales de Matapalo y Papayal, lugares donde es fácil que los “coyotes” hagan ingresar a gran cantidad de foráneos.

A esto se suma la deficiente labor de las autoridades encargadas de dicho control en los sectores Tomás Arizola, Playa Sur y La Sal, donde los “coyoteros” utilizan puentes artesanales para pasar ciudadanos extranjeros del vecino país de Ecuador al Perú y viceversa.

El comisario Mario Bonilla Bello, manifestó que constantemente con maquinaria pesada se retira los montículos de tierra y puentes de madera que son colocados por personas inescrupulosas de ambos países para realizar el pase ilegal de ciudadanos y de mercadería de contrabando. Sin embargo, estos integrantes de bandas buscan la manera de seguir operando.

“Estamos detrás de los delincuentes que se dedican al tráfico ilícito de migrantes por eso de manera coordinada trabajan agentes de la División de Investigación Criminal (Divincri),Inteligencia y Seguridad del Estado y el Ministerio Público”, sostuvo Bonilla.

Explicó que estos vándalos por pasar a un extranjero de un territorio a otro les cobra entre uno a cinco dólares. Asimismo, los “coyotes” captan a sus víctimas en la línea de frontera para trasladarlos sin documentos en regla a distintas partes del sur del país, muchas veces los asaltan y los dejan abandonados en el trayecto.


SECTOR SALUD. Ante las medidas emitidas por el gobierno central, la Oficina Defensorial de Tumbes ha realizado una evaluación de lo ocurre en esta región con respecto a las acciones en el marco de la segunda ola de contagios de la COVID-19, constituyéndose una prioridad el control sanitario fronterizo.

Asimismo, verificó el funcionamiento de las ocho camas UCI en el hospital JAMO II-2 de Ciudadela Noé, teniendo en cuenta que hay 3 pacientes en espera, debido a que solo funcionan 6 camas de cuidados intensivos y ese reportó un incremento de las defunciones.

Un total de 742 personas han fallecido a causa de la COVID-19 en el departamento de Tumbes, mientras que la cifra de infectados por dicha enfermedad alcanza los 22,454 personas, según el reporte obtenido hasta el 16 de enero y publicado por el área de Epidemiología de la Dirección Regional de Salud (Diresa).

En el boletín, además se han registrado 6,809 casos sospechosos y 28,329 descartados. Se han recuperado 16,628 personas, y 10,926 son asintomáticos.

El cuadro estadístico indica que el distrito de Tumbes sigue en el primer lugar de contagios con 14,472 casos confirmados con coronavirus. Le siguen Zarumilla con 1,856, Corrales con 1,770 y Aguas Verdes con 1,041.

Asimismo, La Cruz registra 737 casos, Zorritos con 728, Papayal con 541, San Jacinto con 316, Pampas de Hospital con 297, San Juan de la Virgen con 174, Canoas de Punta Sal con 160, Matapalo con 99 y Casitas con 22. Provenientes de otras regiones 233 y Ecuador, 8.

Según la Diresa, el 51.77% personas que se han infectado con el nuevo coronavirus son mujeres, y el 48.23% son hombres.